Cuando nos despertamos por las mañanas, puede ocurrir que nuestra mente haga un barrido a los asuntos que tenemos que abordar durante la jornada: reuniones, llamadas, subirse un largo rato al transporte público... y un sinfín de cosas que cada uno resolvemos en nuestro día a día. En este momento puede que nos entre bajón y sea lo que nos hace no querer salir de la cama. Nada que ver con los días que tenemos planes que estábamos esperando con ganas, que nos ilusionan... nuestro despertar se parecería más bien al icónico Stuart Little, gritando y corriendo por casa a la voz de 'Es hoy, es hoy, es hoy'. Pero un madrugón es un madrugón y para muchas personas es...
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