Atentado en Nueva Orleans: Hubo advertencias sobre creciente amenaza terrorista dice experto

Después de que Hamás lanzara el mortal asalto contra Israel que desencadenó ataques aéreos de represalia sobre Gaza, el director del FBI, Christopher Wray, expresó su temor de que la violencia en Oriente Medio pudiera alentar a individuos o grupos a llevar a cabo ataques dentro de Estados Unidos.

Meses más tarde, después de que extremistas afiliados al grupo Estado Islámico en Afganistán mataran a más de 140 personas en una sala de conciertos en Rusia, Wray alertó sobre la posibilidad de un ataque coordinado similar más cerca de casa.

Tras estos meses de advertencias sobre una resurgente amenaza de terrorismo, un veterano del ejército inspirado por el EI embistió con una camioneta a una muchedumbre que celebraba el Año Nuevo en Nueva Orleans.

Pero el culpable no se coordinó con operativos internacionales, ni formó parte de un complot más amplio. En cambio, encarnó una preocupación de larga data que se hizo evidente en los años posteriores a los ataques del 11 de septiembre y nunca se disipó: la amenaza de extremistas autóctonos que se radicalizan por su cuenta antes de cometer violencia masiva en nombre de grupos extranjeros.

“Nunca he visto el panorama de amenazas tan preocupante, no solo desde una perspectiva antiterrorista sino también de amenazas patrocinadas por estados”, dijo Christopher Costa, un exoficial de inteligencia y director sénior de contraterrorismo en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el primer gobierno de Trump.

¿Es un acto terrorista el ataque en Nueva Orleans?

Costa indicó que el “popurrí de agravios” que pudo haber impulsado a Shamsud-Din Jabbar, de 42 años, a actuar —tenía múltiples divorcios y presiones financieras y mencionó en un video publicado antes de la masacre que pensaba en matar a su familia— era consistente con el perfil de otros atacantes. Y coincidió con un clima de inestabilidad global que ha dado un incentivo adicional a personas problemáticas propensas a la violencia, desde los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 que iniciaron la guerra en Gaza hasta el dramático derrocamiento el mes pasado del presidente sirio Bashar Assad.

“Eliges el agravio y luego encontrarás la ideología para actuar en consecuencia”, explicó Costa. “Ahora incluye el 7 de octubre, incluye al EI. Y por qué el EI es tan importante en este momento es porque está resurgiendo como resultado de lo que el EI podría percibir como una victoria en Siria”.

El ataque en Nueva Orleans que mató a 14 se considera el asalto inspirado por el EI más mortal en suelo estadounidense desde la masacre de 49 personas en un club nocturno gay en Orlando, Florida, en 2016, por un hombre ar que profesó lealtad al entonces líder del grupo, Abu Bakr al-Baghdadi. Ese tiroteo ocurrió en un momento en que el FBI se apresuraba a interrumpir un aumento en los complots por “lobos solitarios” que se sentían atraídos a actuar por la propaganda del Estado Islámico o incluso a viajar al llamado califato del grupo en Siria e Irak.

La amenaza nunca disminuyó, como lo demuestra la detención en octubre por parte del FBI de un hombre afgano en Oklahoma que, según las autoridades, estaba inspirado por el grupo Estado Islámico para planear un ataque el día de las elecciones.

Pero los esfuerzos más audaces y coordinados originados en el extranjero han atraído más atención pública recientemente, como los complots de asesinato iraníes dirigidos a funcionarios públicos, incluido el presidente electo Donald Trump. A esto se suma la agitación en Oriente Medio, que ha provocado manifestaciones en Estados Unidos, el colapso del gobierno afgano en 2021 que dio lugar al liderazgo talibán, y preocupaciones sobre aquellos con vínculos con el Estado Islámico que ingresan a Estados Unidos a través de la frontera sur.

El torbellino de preocupaciones llevó a Wray a decirle a The Associated Press en agosto que estaba “presionado para pensar en un momento en mi carrera donde tantos tipos diferentes de amenazas están todas elevadas al mismo tiempo”.

Que un asalto tan mortal en Nueva Orleans fuera llevado a cabo por un actor solitario sin ninguna dirección desde el extranjero subraya la naturaleza volátil e impredecible de la amenaza terrorista, así como los desafíos para detener la violencia de tales individuos.

“Es un reto muy, muy difícil para las fuerzas de seguridad, mucho más difícil que tratar con alguien que puede haber tenido comunicaciones activas con actores extranjeros, por ejemplo, o tener un perfil en línea distinto en el que estaban realizando y participando en actividades extremistas en el espacio en línea”, explicó Nicholas Rasmussen, coordinador de contraterrorismo del Departamento de Seguridad Nacional.

“Si no tienes eso”, agregó, “entonces dependes mucho del fenómeno del espectador”.

No hay indicación de que Jabbar, quien fue abatido fatalmente en un tiroteo con la policía, estuviera alguna vez en el radar de las fuerzas del orden antes del ataque. Sin embargo, los investigadores del FBI han encontrado signos significativos de planificación, incluyendo materiales sospechosos de fabricación de bombas en su propiedad de alquiler a corto plazo en Nueva Orleans y en su casa en Houston, dijo el FBI en un comunicado el viernes.

Aunque los funcionarios afirman que no contó con la ayuda de conspiradores, el método de Jabbar —empotrar un camión contra los transeúntes— es una de las opciones favoritas de los seguidores del Estado Islámico, y el 30 de diciembre una unidad de prensa pro-EI alentó a cometer atentados en las celebraciones de Año Nuevo en Estados Unidos y otros países, según un boletín de inteligencia del FBI y el DHS al que tuvo acceso The Associated Press.

La amenaza terrorista está a punto de ser heredada en poco más de dos semanas por Trump y un FBI que se prepara para un drástico cambio de liderazgo con la nominación de Kash Patel.

Patel ha sido durante mucho tiempo escéptico sobre el uso de los poderes de seguridad nacional del FBI y ha hablado de separar las “unidades de inteligencia” del resto de sus actividades de lucha contra el crimen. No está claro cómo el ataque en Nueva Orleans podría afectar cualquier plan que tenga si se confirma para el cargo.

No hay duda de que la agitación en Siria, y lo que podría significar para la capacidad del grupo Estado Islámico de reconstituirse e inspirar a partidarios en Occidente, es un comodín importante de seguridad nacional.

La destitución de Assad y la llegada del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, como el principal intermediario de poder en Siria, han sido recibidos con cierto alivio, pero también con alarma. Aparte de la afiliación pasada de HTS con al-Qaida, el colapso del ejército de Assad ha suscitado temores de un vacío de poder que muchos creen que el EI buscará explotar.

La caída de Assad también ha abierto una ventana para que Turquía expanda operaciones contra combatientes kurdos en el norte de Siria que considera terroristas. Las Fuerzas de Defensa Sirias han sido aliados clave de Estados Unidos en la lucha contra el EI y operan campos de detención para miles de combatientes extranjeros capturados.

Funcionarios estadounidenses y europeos están preocupados de que los ataques turcos intensificados contra las FDS puedan contribuir a un posible resurgimiento del EI.

Ninguno de esos conflictos hizo previsible un ataque en el día de Año Nuevo en suelo estadounidense por alguien que afirmaba inspiración del EI, especialmente dado que tal violencia es mucho más rara que en Oriente Medio o Europa, observó Natana DeLong-Bas, profesora de teología y estudios islámicos en Boston College.

Aun así, señaló, “cualquier idiota” puede alquilar un vehículo.

“Los medios que utilizó fueron muy simples y directos y accesibles para cualquiera”, indicó.