Rey Juan Carlos, un homenaje sincero y leal en su 87 cumpleaños
Por quinto año consecutivo celebra su cumpleaños fuera de España. Pero esta vez será un aniversario especial. El Rey Don Juan Carlos cumple hoy, 5 de enero, 87 años, que festejará en Abu Dabi en compañía de sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina, varios de sus nietos y unos treinta amigos de su entorno más cercano
Fue precisamente por iniciativa de estos el organizar una celebración menos íntima que las anteriores, con numerosos invitados en el Emirato, visitas turísticas y hasta una fiesta musical a cargo de Los del Río, que siempre han presumido de una relación muy próxima con el Emérito.
El llamado «Clan de Sanxenxo», liderado por su gran amigo y anfitrión en Galicia, Pedro Campos, y su mujer, Cristina Franze; el doctor Eduardo Anitua; los empresarios Javier Corsini, Manuel Piñera o Jerónimo Páez; los bodegueros Alejandro Aznar y Vicente Cebrián-Sagarriga; la escritora francesa Laurence Debray y su amiga de tantos años, la mallorquina Marta Gayá, figuran en la lista. Alojados en exclusivos hoteles de Abu Dabi, Don Juan Carlos les recibirá en su nueva casa de la isla de Nurai, cedida por la Familia Real Emiratí y plenamente adaptada a sus problemas de movilidad.
«Queremos darle un homenaje sincero y leal», dice uno de los invitados en conversación con este periódico. Forma parte de esos «amigos de verdad», que nunca le dieron la espalda en los momentos difíciles. El Rey Emérito, que no tiene ningún contencioso judicial en España, ha sufrido en silencio muy duras campañas en su contra, desde aquel mes de agosto de 2020 en que abandonó su país. «No vamos en contra de nadie, sólo a expresarle nuestra amistad y fiel apoyo», aseguran.
Los preparativos del cumpleaños se iniciaron durante la última regata en Sanxenxo entre la Infanta Elena y el grupo de la ría gallega. Según estas fuentes, será una fiesta tradicional, con la clásica tarta, soplo de velas y música flamenca. El Rey tiene también previsto asistir a una ceremonia religiosa en el centro Abraham Family House, un lugar que acoge diferentes confesiones religiosas y donde acude habitualmente a misa. Los invitados insisten en que en esta ocasión, dada ya su avanzada edad, se merece una celebración especial «por parte de quienes somos sus leales amigos y le queremos de verdad».
Don Juan Carlos fue un Rey que se ajustó plenamente a la Constitución. Las relaciones con los presidentes del Gobierno bajo sus cuarenta años de reinado fueron dispares en lo personal, pero un ejemplo de respeto en su papel institucional.
Con Adolfo Suárez pivotó la Transición. Con Leopoldo Calvo-Sotelo frenó el golpe de Estado del 23-F. Con Felipe González, la etapa socialista y años dorados en política exterior. Con José María Aznar mantuvo una relación fría pero leal. Con José Luis Rodríguez Zapatero soportó veleidades republicanas por la Ley de Memoria Histórica. Y con Mariano Rajoy afrontó la decisión más dolorosa: su abdicación. Cuarenta años de esplendor en la historia de España, con un legado que no puede empañarse por más que algunos lo pretendan. Con Suárez hubo complicidad. Con Calvo-Sotelo seriedad. Con Felipe una afinidad especial, incluso amistad. Con Aznar frialdad. Con Zapatero corrección. Y con Rajoy un profundo respeto.
Don Juan Carlos fue el mejor embajador de España en el exterior. Personalmente, yo lo viví en primera fila durante quince años al cubrir para la agencia Efe todos sus viajes oficiales. En compañía del entonces ministro de Asuntos Exteriores, el inolvidable Paco Ordóñez, dimos tres veces la vuelta al mundo y no hubo rincón que Don Juan Carlos y doña Sofía no visitaran.
El Gobierno socialista de Felipe González concedió al Rey un protagonismo internacional enorme, en unas visitas de Estado en las que el Monarca arrasaba. Eran años en que todo el mundo, diplomáticos, empresarios y periodistas le adulaban y cortejaban sin rubor, en los que muchos hicieron bajo su sombra suculentos negocios y hasta se pegaban por una foto con el Soberano. Muchos de los que luego le han criticado sin piedad.
Felipe González le ha defendido públicamente y considera su exilio en Abu Dabi «un fracaso de país, una mala manera de terminar la historia». En su opinión, el Emérito nunca debió marcharse de España ni de La Zarzuela, que fue su casa durante más de cincuenta años. Nacido en Roma hace 87 años, fue Rey de una etapa histórica, con muchas más luces que sombras, a pesar de sus debilidades personales.
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La dejadez
Causa indignación y estupor en sectores científicos españoles el silencio de la ministra de Ciencia y Universidades, Diana Morant, ante el escándalo que se cierne sobre la gestión del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), que actualmente dirige científicamente María Blasco. «Una dejadez inexplicable», dicen en estos sectores, que critican fuertemente a la socialista valenciana. Argumentan que no le importa nada la Ciencia Biomédica y que anda más interesada en hacer campaña política en la Comunidad Valenciana contra el presidente Carlos Mazón. Al menos, la cuestionada María Blasco ha dado la cara, aunque la investigación contra el cáncer no debería ser ideologizada. Los científicos cuestionan que ante una situación sobradamente conocida, que viene ya de lejos, la ministra responsable mire para otro lado.
Designada directamente por el dedazo de Pedro Sánchez como lideresa en la Comunidad Valenciana, y frente a la tragedia de la DANA, la ministra Morant se afana en arremeter contra el presidente del PP en vez de arrimar el hombro. Figura en la lista de los ministros que Sánchez ha lanzado en tromba a las autonomías gobernadas por el PP para intentar su control: Óscar López en Madrid, Pilar Alegría en Aragón y Diana Morant en Valencia. Y por cierto, ¿por qué se resiste de momento María Jesús Montero a aterrizar en Andalucía? ¿Qué hay detrás de ello? Después de la cacicada de Jaén la respuesta la tienen en San Telmo, sede de la Junta andaluza gobernada por Juan Manuel Moreno Bonilla. Atentos.
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