El desgaste nacional del PSOE hiere ya a García-Page ante las urnas
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha sido el barón socialista que en más ocasiones ha levantado la voz contra los pactos del Gobierno de Pedro Sánchez con los partidos independentistas y contra la aprobación de la Ley de Amnistía. Su figura ha emergido incluso como posibilidad de alternativa frente a Sánchez. Sin embargo, a pesar de sus críticas en público a la deriva del Ejecutivo, parece que en el clima de opinión está pesando lo que hace y dice el presidente del Gobierno.
De celebrarse hoy elecciones autonómicas en la región, el PSOE perdería la única mayoría absoluta que hasta ahora retenía tras la debacle electoral del partido el pasado 28-M. Si bien García-Page volvería a ganar las elecciones en Castilla-La Mancha, el presidente autonómico se quedaría sin la mayoría absoluta que ostenta desde 2019 y, también, sin la posibilidad de repetir como presidente después de encadenar ya tres legislaturas.
Los socialistas cederían dos escaños, que hoy recogería el Partido Popular que dirige Paco Núñez en la región, según los datos que arroja la encuesta de NC REPORT para este medio. El PSOE perdería así un diputado en Toledo y otro representante en Ciudad Real.
Cuando se cumple un año y seis meses de las últimas elecciones autonómicas, el desgaste para el PSOE es evidente. Un retroceso que también coincide con el que sufre el PSOE a nivel nacional, cercado por los supuestos casos de corrupción que rodean al Gobierno y su debilidad parlamentaria.
García-Page, reelegido en diciembre como secretario general del PSOE en su comunidad sin contestación alguna, pasaría de los 17 escaños obtenidos en mayo del 2023 a 15. Unos datos que, unido a la incomparecencia total de su izquierda (Sumar o Podemos), le impediría retener el mando en el Palacio de Fuensalida. Los socialistas cederían hasta 40.094 votantes a día de hoy y caen 2,5 puntos porcentuales desde los últimos comicios.
Esta pérdida de confianza en el PSOE que refleja la encuesta es aprovechada por el PP, que crecería de 12 a 14 escaños desde el último examen con las urnas. Así, los populares ocuparían el lugar de los socialistas en Toledo y en Ciudad Real. Consiguen atraer a 6.169 votantes y registran un avance de 1,6 por ciento del voto. El PP recupera posiciones y se acerca al nivel electoral de 2015, cuando logró 16 escaños. En 2019, los populares registraron uno de sus peores datos al quedarse con 10 escaños. Según la encuesta, hoy serían el segundo partido más votado en la región y, si bien no tienen los votos suficientes para gobernar en solitario, sí podrían hacerlo si llegan a un pacto de investidura con Vox.
El partido de Santiago Abascal tendría la llave de la gobernabilidad en estos momentos. Registrarían una subida porcentual de 0,7 puntos, pero ello no implicaría una subida de escaños. Vox se mantendría con los cuatro diputados autonómicos que tiene en la actual legislatura y subiría en 3.719 votantes netos. Estos cuatro escaños que consolidan son imprescindibles para que el PP pudiera echar del Gobierno a García-Page. Juntos suman 18 escaños, uno más que la mayoría absoluta. Todo en un momento en el que ambas direcciones mantienen una tensa relación tras la ruptura en julio de todos los gobiernos autonómicos.
Este cambio de paradigma se produce también debido a que la izquierda alternativa no consigue remontar en la comunidad. El PSOE ocupa todo el espacio de la izquierda desde 2019. Fue en 2015 la última vez que Unidas Podemos logró representación en Castilla-La Mancha: entró incluso en el Gobierno regional de la mano de García-Page. Una alianza gubernamental que tan solo duró un año. Desde entonces, la izquierda a la izquierda del PSOE no ha logrado representación y tampoco la obtendría hoy.
Por bloques, los socialistas son los más votados en todos los grupos de edad y conservan el 86,7% de su base electoral. Sufrirían una fuga del 13,3 por ciento de sus votantes, los cuales se reparten entre la abstención (5,7%) y el PP (4,2). Del votante de Unidas Podemos (Podemos +IU), el 45,8% apoyaría hoy a Sumar y el 29,2% a Podemos.
En el bloque de la derecha, los populares son los que mejor consiguen fidelizar a su electorado al retener el 87,5% de sus afines. Abandona a los populares el 12,5% de su base electoral, que se reparte entre Vox (5,8%) y la abstención (3,6). Los de Santiago Abascal, por su parte, consiguen retener al 81,3 por ciento de su electorado, mientras que se les escapa el 13,2%, que recae en beneficio del PP. El 3,7% de sus votantes se quedaría en casa.
La encuesta, realizada a 1.700 personas, refleja que los castellano-manchegos tienen un altísimo grado de conocimiento sobre la figura de los principales políticos de la región. Un 94,8% así lo afirma sobre García-Page y un 89,3% atestigua conocer a Paco Núñez, el líder del PP en la comunidad. El presidente socialista es puntuado con un 5,8. Mientras que el presidente del PP en la comunidad es valorado con un 5,3. Los populares le anotan un 7,4 y aprueba también en el electorado de Vox con un 5,5.
Por otro lado, el 50,8 por ciento opina que la región, en términos generales, está «igual» que desde las pasadas elecciones , frente a un 19,8% que cree que está «mejor» y un 22,9% que ve a la comunidad «peor».
La encuesta también refleja los principales problemas de los castellano-manchegos. Destaca, entre todos, la Sanidad, que inquieta al 78,3% frente a un 57,5% que marca el empleo como segunda preocupación y un 48,3% que confiesa temer por las subidas de impuestos previstas para este año.