Finalizado 2024, el campo cordobés afronta el nuevo año con retos muy similares a los que ha tenido que afrontar en los últimos tiempos. Los representantes de las organizaciones agrarias consultados por ABC coinciden en señalar que el agua volverá a marcar la agenda de agricultores y ganaderos en los próximos meses. Es cierto que la situación es mejor que la que había al inicio del pasado ejercicio , pero el bajo nivel de pluviometría registrado en noviembre y diciembre han devuelto la preocupación a la actividad primaria. Los precios de determinados cultivos, como es el caso del aceite de oliva, y las enfermedades en la cabaña ganadera también son motivo de inquietud para el agro cordobés en este inicio de año. Las estadísticas indican la pasada anualidad supuso la vuelta del agua a la provincia tras varios ejercicios continuados marcados por la sequía. Los embalses han mejorado su nivel de reservas hídricas de manera significativa gracias a las cuantiosas precipitaciones caídas en la última primavera y en la primera parte del otoño. Las cifras oficiales de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) indican que los pantanos cordobeses contaban el 31 de diciembre con un total de 1.051,92 hectómetros cúbicos, lo que significa que se encontraban al 31,68 de su capacidad. Esta ratio es el doble de la que había en estas infraestructuras hace 12 meses, cuando apenas llegaban 15,23 por ciento. Las presas que presentan una mejor situación son las del Guadalmellato, con un nivel del 83,18 por ciento, y la de Guadañuno (80,99%). En el otro lado de la balanza aparecen La Breña, con apenas un 15,93 por ciento, y Vadomojón , con algo más de un 18 por ciento. A pesar de ello, en el campo cunde la intranquilidad por las escasas precipitaciones caídas en los dos últimos meses mes de 2024. Concretamente, en diciembre se contabilizaron en Córdoba 2,4 litros por metro cuadrado, un dígito muy bajo para esas fechas. El presidente provincial de Asaja, Fernando Adell , señaló que «hemos vuelto a una situación de sequía después de las lluvias caídas al principio del otoño, que no han servido del todo para llenar los pantanos». Este dirigente agrario apuntó hay mucha preocupación entre los agricultores, ya que, si no mejora la pluviometría en los meses venideros, se desconocen las dotaciones de agua con los que contarán los regantes , que suman unas 125.000 hectáreas en la provincia, para la campaña de verano. Adell criticó que las administraciones «siguen sin llevar a cabo ninguna obra hidráulica nueva ni de captación y almacenamiento de agua». En una línea muy similar se pronunció el máximo responsable de Cooperativas Agroalimentarias de Córdoba, Rafael Sánchez de Puerta . Desde su punto de vista, el resto al que se enfrenta el sector primario este año vuelve a ser la falta de recursos hídricos. «Esperamos que se registren lluvias próximamente para que podamos tener buenas cosechas y, a partir de ahí, contar con precios más adecuados para los productores y mejorar su situación », recalcó el representante profesional, quien hizo mención especialmente al caso de la ganadería al indicar que este sector «precisa de agua para no depender tanto de los piensos para alimentar a sus animales, lo que afecta directamente a su cuenta de resultados por su carestía». A su juicio, la superficie regable en Córdoba debe aumentar «para garantizar nuestro futuro». Por su parte, el secretario provincial de UPA, Miguel Cobos , coincidió con sus homólogos en que «el primer reto al que nos enfrentamos este año es la meteorología, ya que el campo es un sector que depende muy directamente del tiempo». En este sentido, recordó que «en los dos últimos meses no ha llovido prácticamente nada, por lo que es necesario que haya precipitaciones a muy corto plazo para el interés de los sectores agrícola y ganadero». «A 2025 le pedimos agua para que los agricultores puedan regar sus cultivos y que la ganadería pueda sobrevivir y no pase los malos momentos que sufrió el año pasado por la falta de recursos hídricos», según defendió la secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero. El olivar está atravesando por momentos muy complicados debido a la vertiginosa bajada de los precios en origen que se ha producido en pocos meses. De unas cotizaciones récord de hasta 9,3 euros el kilo de virgen extra a principios de 2024 se ha pasado en la última semana de 2024 a un valor de 4,25 euros, según el observatorio de la Consejería de Agricultura , Pesca, Agua y Desarrollo rural. «Es verdad que venimos de un escenario de bajas producciones con unos precios que nunca se habían conocido, por lo que éramos conscientes de que iba a haber una bajada, pero no pensábamos que iba a ser tan brusca», resaltó Sánchez de Puerta , quien agregó que «ojalá hayamos tocado fondo y ahora tengamos un efecto rebote». Para Adell, el fuerte descenso de las cotizaciones es «injustificado» debido a que la anterior campaña finalizó con un stock de aceite muy reducido y «en la que estamos actualmente la producción puede no llegar a los niveles que se han anunciado». Otro de los caballos de batalla a los que volverá a enfrentarse el sector primario cordobés es la competencia desleal de productores de países de fuera de la Unión Europea (UE) que entran en el mercado comunitario con condiciones más benignas y, en consecuencia, con precios más reducidos que los agricultores locales. «Este año vamos a seguir demandando la implantación de la llamada cláusula espejo a fin de que a los cultivos que lleguen de países terceros se les exijan los mismos requisitos medioambientales y sociales que a nosotros», demandó el secretario provincial de UPA, Miguel Cobos. Por su parte, el presidente de Asaja en Córdoba , Fernando Adell, puso de manifiesto el importante crecimiento de los costes de producción en los últimos años, especialmente los laborales con las constantes subidas del salario mínimo interprofesional y la reducción de la jornada laboral aprobada recientemente
