La reapertura de las salas renovadas del Museo Nacional de Antropología (MNA), con una inversión de más de 80 millones de pesos, marca un hito significativo en la celebración de la diversidad cultural de México.La presidenta Claudia Sheinbaum reinauguró este espacio del recinto, el cual presentará la grandeza y diversidad cultural de México, principalmente de los pueblos indígenas y afromexicanos.“El día de hoy se reinaugura este segundo piso, haciendo un gran reconocimiento a las culturas de hoy, a los pueblos originarios de hoy, a los pueblos afromexicanos de hoy, que siguen representando la grandeza cultural de México”, expuso. “Es un parteaguas en muchos sentidos, porque no solamente se queda en las exposiciones de un museo, sino que se vuelve realidad al haber transformado nuestra Constitución y permitir que el segundo constitucional reconozca hoy los derechos plenos de los pueblos originarios y los pueblos afromexicanos.“Es decir, esta reinauguración es parte de esta transformación que vive en nuestro país, que sienta sus bases en lo que llamamos el humanismo mexicano, que tiene dos grandes pilares: un pilar en la grandeza cultural que viene de los pueblos originarios, en esa grandeza cultural que no surgió con el descubrimiento de América o con la llegada de los españoles, sino que aquí en este territorio había culturas y había naciones mucho antes, que son las que permanecen en los mexicanos y las mexicanas, pero además, al reconocer a los pueblos vivos y a los pueblos originarios de hoy no solamente como parte de la Constitución sino como parte de la historia y de la resistencia”.La mandataria dedicó el acto a niñas, jóvenes y mujeres de los pueblos originarios.Al terminar el recorrido, Sheinbaum rompió con el protocolo al escuchar los gritos de los niños de la banda Tsa Ju Mi Raíces Chinantecas, de Valle Nacional Oaxaca: “¡Presidenta! ¡Presidenta!” La jefa del Ejecutivo se acercó a ellos y ya animada se puso a bailar en la explanada del museo.Al final, la presidenta les autografió partituras, con todo el tiempo y la disposición. Fue el mejor día para pequeños artistas, como Maribel Alely, de 13 años de edad, que estudia el segundo año de secundaria.Tradición y continuidadEste renovado espacio consta de cinco salas que fueron actualizadas y presenta cerca de 6 mil objetos representativos de la riqueza cultural y ancestral del país.Lo que se busca es conectar el recorrido arqueológico con el etnográfico para resaltar la continuidad de los procesos culturales desde la época prehispánica hasta el México contemporáneo. Es un esfuerzo por actualizar y revitalizar la narrativa museográfica, ofreciendo una plataforma para las voces de los pueblos indígenas y afrodescendientes del país por primera vez. Es parte de un proyecto más amplio que busca resaltar la rica diversidad cultural. Esta zona se estructura en ejes temáticos y presenta una enorme variedad de piezas cuidadosamente seleccionadas que conectan lo arqueológico con lo etnográfico, mostrando tanto la continuidad de las tradiciones como los cambios que han ocurrido a lo largo de más de 500 años.Aún faltan las fichas informativas ya que el montaje de las piezas apenas concluyó este lunes, antes del corte del listón inaugural.Las salasCada objeto expuesto en la nueva sala cuenta una historia única. Desde vestigios de la vida cotidiana hasta herramientas de trabajo y representaciones gráficas. Los visitantes pueden apreciar cómo las narrativas coloniales han intentado moldear la identidad de estos pueblos. La inauguración de la renovación de este espacio del MNA estaba prevista para diciembre de 2024. Este esfuerzo coincide con el 60 aniversario del recinto y los 85 del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que añade un significado especial a estas celebraciones.La secretaria federal de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, calificó la apertura como una celebración en sí misma. “Ahora es el presente, es el futuro de nuestro país, son las culturas vivas que van a estar en el segundo piso, en el segundo piso de la transformación y ahí también van a haber un cambio en la monografía, que es el diálogo entre lo arqueológico. Antes era solamente el patrimonio material, ahora aquí pueden estar en un lugar las culturas vivas”.“Esta reapertura es un paso crucial hacia la inclusión y el reconocimiento de las diversas identidades culturales que conforman México. A través de este renovado espacio, el museo no sólo preserva su rica historia, sino que también se convierte en un foro para el diálogo y la reflexión sobre el pasado y el presente de sus comunidades. Con cada visita, los espectadores son invitados a sumergirse en una narrativa viva que celebra la grandeza y diversidad cultural del país”.Curiel de Icaza enfatizó en que, a diferencia de las salas anteriores, ahora ya no se agrupan por etnias sino por cinco grandes ejes: Historias, Identidades y visiones, Procesos agroalimentarios, Lenguas y territorios, Textiles y Fiestas y rituales.Comprensión del pasadoLas nuevas salas se alinean con las exposiciones ya establecidas en el primer nivel del museo, donde se exhiben las raíces culturales de civilizaciones como mayas, olmecas y mexicas, refirió Lourdes Báez, cocuradora de las salas. “Los ejes temáticos no solo enriquecen el contenido del museo, también facilitan una comprensión más profunda de cómo las tradiciones antiguas influyen en las prácticas contemporáneas. Destacan los facsímiles de los códices prehispánicos como el Florentino y el códice Badiano que el Vaticano regresó a México”.Báez mostró paso a paso tocados, figuras de cerámica, pinturas, instrumentos musicales, fotografías, prendas de vestir, y murales como la obra El mundo mágico de los mayas, de Leonora Carrington, pintado en 1964.La integración de las nuevas salas con las áreas existentes del Museo Nacional de Antropología no solo amplía el espacio físico del recinto, sino que también transforma su narrativa. Al enfatizar la interconexión entre el pasado y el presente cultural de México, el MNA se posiciona como un espacio vital para el diálogo intercultural y la celebración de la diversidad. Con estas renovaciones, el museo no solo preserva su historia, sino que también invita a los visitantes a ser parte activa de su evolución cultural.Las nuevas salas se integran con las áreas existentes a través de un enfoque que combina diseño interactivo, tecnología y una narrativa curatorial inclusiva.
