El ejercicio físico es uno de los elementos indispensables en la vida de cualquier persona para mantenerse sano con el paso de los años. Según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los adultos « ayuda a prevenir y controlar enfermedades no transmisibles como las cardiovasculopatías, el cáncer y la diabetes; reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad; y favorece la salud cerebral y el bienestar general». Así, acompañando a la actividad física con una buena alimentación y unos hábitos, en general, saludables, conseguiremos cuidarnos por dentro y por fuera. Muchas veces, por motivos personales o laborales no es tan fácil llevarlo a cabo, pero se pueden buscar alternativas para intentar incluir el ejercicio en el día a día. Según un artículo de Maturitas titulado 'Exercise and mental health' elaborado por Kathleen Mikkelsena, Lily Stojanovskaa, Momir Polenakovicb, Marijan Bosevskic y Vasso Apostolopoulos, «cada vez son más las publicaciones que reconocen los efectos positivos del ejercicio sobre los estados de ánimo como la ansiedad, el estrés y la depresión, a través de mecanismos fisiológicos y bioquímicos , como las endorfinas, las mitocondrias, el objetivo mamífero de la rapamicina, los neurotransmisores y el eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal, y mediante la hipótesis termogénica». Además, indican que «los mecanismos psicológicos influyen en los efectos del ejercicio sobre los estados de ánimo, como sugieren tanto la hipótesis de la distracción como la hipótesis de la autoeficacia. También se ha demostrado que el ejercicio reduce la inflamación a través de varios procesos diferentes (inflamación, citoquinas, receptores tipo Toll, tejido adiposo y a través del tono vagal), lo que puede contribuir a mejorar la salud de las personas que sufren trastornos del estado de ánimo». En concordancia con estas conclusiones hay estudios estudios como el que probó a incluir instalaciones con bicicletas estáticas en el lugar de trabajo del personal de enfermería de salud mental de un hospital. Este estudio se titula 'Perspectives on implementing exercise bikes for use by inpatient mental health staff in the workplace: A qualitative study investigating staff attitudes' y sus autores son Rebecca Martland, Fiona Gaughran, Brendon Stubbs y Juliana Onwumere, recogido en 'Journal of Psychiatric and Mental Health Nursing'. Esta investigación parte de la base de que la provisión de ejercicio para el personal de salud mental puede mejorar el bienestar físico y mental del personal y mitigar el agotamiento psicológico. Para probarlo, se utilizó este método: Se realizaron tres grupos de discusión y una entrevista individual con 12 profesionales sanitarios. Los datos se sometieron a un análisis temático y, como resultado, se indica lo siguiente: «Se identificaron tres temas. (1) «Me parece una buena idea», que reflejaba opiniones positivas sobre la oferta de ejercicio en el lugar de trabajo para uso del personal. (2) «No estoy seguro de que funcione porque...», que reflejaba preocupaciones sobre la puesta en práctica, como la falta de acceso a duchas y las limitaciones de tiempo. (3) «Equilibrar la elección», que reflejaba el deseo de los participantes de tener acceso a diversos aparatos de gimnasia». De este modo, se identificaron fortalezas como que, en este caso, el ejercicio en bicicleta estática ayuda a los trabajadores a mejorar su salud mental, reduciendo, por ejemplo, ansiedad o estrés; así como a encontrarse mejor físicamente y quemar calorías. A su vez, también hay debilidades o cuestiones del estudio que quedan pendientes de futuras mejoras o revisiones, como la parte logística para implementar la actividad física en el lugar de trabajo o la variedad de deportes que se puedan realizar.