El BNG abre el debate para que el Parlamento reconozca a Castelao como primer presidente de Galicia
El artista, intelectual y político nacionalista presidió entre 1944 y 1950 un órgano concebido como Gobierno gallego en el exilio, el Consello de Galiza
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Alfonso Daniel Rodríguez Castelao murió hace 75 años en el exilio de Buenos Aires. Diputado galleguista durante la Segunda República, artista popular y escritor conciso y agudo, teórico del nacionalismo gallego y partidario del Frente Popular, Castelao es una de las figuras públicas de mayor relieve de la Galicia del siglo XX. Y de su historia. El BNG ha propuesto este martes, 7 de enero, justo el día del aniversario de su muerte que el Parlamento autonómico lo reconozca además como primer presidente de Galicia. Lo fue del Consello de Galiza, un organismo concebido como Gobierno gallego en el exilio, entre su creación en 1944 y su propio fallecimiento en 1950.
La iniciativa del BNG, la formación nacionalista gallega de mayor envergadura en la actualidad -es la segunda fuerza en la Cámara autonómica, con 25 de 75 escaños; detenta la alcaldía de la capital de la comunidad, Santiago de Compostela, y tiene un diputado en el Congreso y una senadora-, procura “un reconocimiento oficial y legal”. “Se trata de rescatar nuestra memoria democrática, hacer justicia y reconocer que el primer presidente de este país, por derecho propio, fue Castelao desde el exilio”, declaró Ana Pontón, líder del Bloque, en un acto en Pontevedra, donde residió dos décadas el también fundador del Partido Galeguista.
Casi a la misma hora el Panteón de Galegos Ilustres de Santiago de Compostela que acoge sus restos desde que llegaron en 1984 procedentes de La Chacarita no sin polémica -la izquierda nacionalista entendía que no se respetaba su voluntad- también celebraba a Castelao. Este era el homenaje convocado por la institucionalidad cultural: la fundación a su nombre, el Consello da Cultura Galega y el Museo do Pobo Galego. A él asistieron, entre otras autoridades, el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, y el conselleiro de Cultura, José López Campos, ambos del PP.
El discurso de López Campos, que hace una semanas anunció que 2025 será el Ano Castelao con decenas de actividades de divulgación, lo pintó como “una figura singular de la cultura y política gallegas”. “Si hoy en Galicia podemos disfrutar de autonomía y democracia es gracias a gente como Castelao”, afirmó el conselleiro, “pero también a otros anónimos que lucharon en tiempos mucho más oscuros”. No entró en su papel en el Consello de Galiza, y eso que la Cámara presidida por su compañero de partido conmemoró en noviembre por primera vez un aniversario del organismo del exilio, 80 años de su constitución “como fideicomisario de la voluntad autonomista del pueblo gallego que había quedado expresada en el referendo estatutario de junio de 1936”.
Este martes Santalices prefirió no apartarse de la retórica habitual de la derecha gallega y habló de la “faceta humanista y el galleguismo no excluyente de Castelao”, que relacionó sin apenas matices con “una Transición modélica de la mano de la concordia y el estado de derecho”. Lo escuchaban, después también intervinieron, el presidente socialista de la Deputación de A Coruña, Valentín González Formoso, y la alcaldesa nacionalista de Santiago, Goretti Sanmartín.
Brillante caricaturista y autor de 'Sempre en Galiza'
Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao nació en Rianxo (A Coruña) en 1886 y murió en Buenos Aires (Argentina) en 1950. Médico de formación, miembro insigne de la modernista Xeración Nós, autor de emblemáticas obras de la literatura gallega como Cousas (1926), Os dous de sempre (1934) o Os vellos non deben de namorarse, fue además un brillante caricaturista, pintor al óleo de mérito, y creador de los estremecedores álbumes de dibujos de la Guerra Civil Galicia mártir, Milicianos y Atila en Galicia. En 1931 fue uno de los fundadores del Partido Galeguista, por el que salió elegido diputado en las Cortes republicanas dentro de las listas del Frente Popular. Exiliado en Argentina, allí redactó su testamento político y vital, Sempre en Galiza (1944), que ha servido de base histórica a no pocos de los desarrollos posteriores del nacionalismo gallego de izquierdas y progresista.