A Hayek se le considera el padre del neoliberalismo. Marx no necesita presentación. Ambos llegan a ideas antagónicas, pero me parece que parten de una común. Si el filósofo austriaco defiende la libertad económica y de empresa a ultranza es porque la considera imprescindible para la libertad personal, es decir, para que cada uno pueda dedicarse a lo que quiera. Toda su reflexión está atravesada, de hecho, por ese desiderátum irrenunciable, que es, en el fondo, la aspiración de felicidad. La gran paradoja es que el sueño de Marx no era muy diferente. Su crítica al trabajo alienado de las fábricas tenía un alcance no sólo materialista sino espiritual. En el pensamiento del filósofo alemán, lo que los capitalistas sustraen...
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