Doña Rocío Hernández Sáenz es una emprendedora que hace 17 años dejó su trabajo formal para dedicarse a emprender, y ahora sus negocios han alzado vuelo y se han convertido en un éxito.

Con sus proyectos, Hernández ha demostrado que arriesgar puede llevar a cualquier persona a grandes logros. Fue por esta razón que en La Teja hablamos con esta linda señora, quien nos contó cómo combina sus pasiones con sus iniciativas.

“Yo trabajaba en el área de finanzas para un banco, pero en el 2007 decidí dejar el trabajo para dedicarme a emprender con un centro de yoga llamado LungTa, que tenía en Heredia, ya que en el 2004 había aprendido muchas técnicas y decidí mezclar el conocimiento con el emprendimiento”, comenz diciendo.

Esta pulseadora recordó que cuando llegó la pandemia tuvo que cerrar el centro de yoga, pero siempre sintió una gran pasión por la cocina y eso la llevó a prepararse con un buen chef en el área de pastelería. Es por eso que terminó abriiendo un emprendimiento llamado La Cocina de Ro.

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“Ahora, como todo volvió a la normalidad, retomé el centro de yoga, pero en mi casa, en San Rafael de Heredia, y ahora le hago a los dos emprendimientos”, dijo.

Esta señora de 49 años, contó que ella se maneja bien con sus dos negocios, ya que en la Cocina de Ro trabaja contra pedido, y así todo va fresquito.

“El trabajar contra pedido me permite distribuir el tiempo con el centro de yoga. Yo no tengo un horario fijo, pero siempre tuve claro que en lo propio no hay horario, y, a veces, se cree que por tener lo propio se pasa tranquilo y es todo lo contrario. En mi caso paso nutriendo el negocio y buscando que crezca”, detalló.

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Esta pulseadora contó que se levanta a las 5 de la mañana, y se pone a dar clases, después hace contenido para redes sociales sobre los negocios, y se va con la frase “¡manos a la obra!” a alistar todos los pedidos que le hacen sus clientes.

“Un día normal puede terminar a las 9 y 30 o 10 de la noche, pero en época navideña es diferente, se trabaja más y se duerme poco”, detalló.

Hernández explicó que siempre ha tenido objetivos con sus negocios y son los valores que les da a sus clientes.

“Yo lo que quiero es que la gente se lleve un producto de calidad y que sientan que es preparado con amor y calor de hogar.

“Todos los productos de pastelería son 100% artesanales, libres de mezclas o productos preparados; las jaleas y las mermeladas las hago desde cero. Me gusta que se sienta que está hecho con dedicación y que la gente disfrute de una experiencia”, detalló.

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Esta herediana se dedica a hacer desde queques, panes, galletas, pero también elabora productos de temporada; por ejemplo, para Navidad y fin de año.

“Yo hago lo que mis clientes me pidan, soy bastante versátil en eso; si ellos me piden combinar rellenos o glaseados, se hace”, expresó.

El menú de esta pulseadora es bastante amplio y una de las cosas más llamativas es que vende al detalle y al por mayor.

“Yo le vendo los productos a algunas cafeterías en Heredia, pero la idea es crecer y seguir expandiendo el negocio”, agregó.

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Lo más difícil de emprender

Para Rocío lo más difícil de emprender fue salir de una vida en la que estaba acostumbrada a recibir un salario fijo, y aunque sabía bien lo que quería, está consciente de que emprender es una montaña rusa.

“Uno va recibiendo varias satisfacciones, sin perder de vista el objetivo de que lo que uno está buscando es generar un negocio rentable que le permita vivir bien”, comentó.

Una de las cosas que nos llamó la atención fue que Rocío nos contó que cuando empezó con la Cocina de Ro, la diagnosticaron como una paciente intolerante al gluten, pero gracias al control ya está bien.

“Ya ahora estoy controlada, pero son cosas que a uno se le presentan y uno se pregunta: ‘¿y ahora qué hago?’, pero por dicha, siempre hay opciones y si uno como emprendedor quiere seguir en esto, tiene que aprender a manejarlo”, dijo.

Rocío ha vivido la situación de muchos emprendedores que, a veces, quieren tirar la toalla, pero dice que sus hermanos y pareja siempre la motivan a seguir con el pie derecho.

“He tenido momentos en los que he querido tirar la toalla, pero mis familiares siempre me motivan a continuar y no darme por vencida”, detalló.

La historia de doña Rocío es más que inspiradora, si usted desea apoyarla, deleitar su paladar, o hacer yoga, puede contactarla al 8369-5295.