La anexión de Groenlandia no es una utopía: EEUU ya compró a Dinamarca otras islas en el pasado
Trump ha vuelto a la carga por Groenlandia, y ni siquiera ha esperado a iniciar su legislatura (hasta el 20 de enero no arranca). Además de las polémicas con Canadá, el Canal de Panamá y el Golfo de México, el presidente electo ha propuesto la compra de esta isla a Dinamarca, que firmemente, se ha negado. Un interés que está marcando la política exterior estadounidense este 2025, y que también ha generado tanto críticas como reacción en Copenhague, como era de esperar.
Es un episodio que no es nada nuevo, ni para el presidente electo ni para el país norteamericano. Ya en 2019, en su anterior legislatura, Trump amagó con la compra de Groenlandia, y en aquel entonces, rozó el conflicto diplomático entre Washington y Copenhague.
Tras hacer pública la intención de comprar la isla, políticos daneses, entre los que se encontraba la entonces primera ministra, sentenciaron que "no es una mercancía que se puede vender", acusando al republicano de "haberse vuelto loco". Esto provocó que en agosto de ese año cancelara su visita a Dinamarca: "Tenía muchas ganas de ir, pero el comentario me pareció repugnante. No hables así de EEUU, al menos conmigo como presidente".
La historia de negocios entre EEUU y Dinamarca: ni la primera compra, ni el primer intento de anexionar Groenlandia
No es el primer presidente estadounidense que quiere anexionar la isla, pues EEUU ha intentado desde el siglo XIX hacerse con Groenlandia. Primero con William H. Seward como secretario de Estado bajo el mandato de Andrew Johnson en 1867, planteando anexionar esta isla e Islandia, sin éxito; también en 1910, siendo William Howard Taft presidente estadounidense, en un intento de intercambio por las Antillas holandesas y la isla filipina de Mindanao, y posteriormente, tras la Segunda Guerra Mundial y estando Harry S. Truman a la cabeza, Washington propuso la defensa total de la isla a cambio de 99 años de arrendamiento. Pero Dinamarca, siempre firme, ha mantenido que no está en venta.
De hecho, EEUU consiguió en el siglo XX instalar una base militar en Groenlandia, con el permiso de Dinamarca: la base aérea de Thule. Levantadas en 1941, su construcción finalizó tras la Gran Guerra, coincidencia con un clima político previo a la Guerra Fría contra la Unión Soviética.
Pero los negocios con Dinamarca no han fracasado siempre, y de hecho, en 1917 prosperaron. No fue Groenlandia, pero EEUU consiguió comprar a Copenhague las Islas Vírgenes, actual territorio "no incorporado" estadounidense. En plena Primera Guerra Mundial, se trató de una venta saldada por 25 millones de dólares, con la intención de garantizar el control de los norteamericanos sobre el Caribe y así evitar que Alemania usara las islas como base militar. Un acuerdo que se había firmado previamente en 1916.
Las islas compradas fueron fueron Saint Thomas, Saint John y Saint Croix, que formaban parte de las Antillas Danesas, de tal manera que Dinamarca mantendría Groenlandia como su único territorio americano tras realizar dicha operación.
Actualmente, los habitantes de las Islas Vírgenes poseen la ciudadanía estadounidense, y se trata de un territorio organizado, pues eligen a sus propios mandatarios, bajo supervisión de EEUU. Sin embargo, pese a ser propiedad del país norteamericano, no tienen derecho a votar en las elecciones presidenciales norteamericanas, al igual que otros en su misma situación como las Islas Marianas del Norte, Guam o Puerto Rico. Además, cuentan con representación limitada en el Congreso.