Dictador Maduro asume tercer mandato en medio del aislamiento internacional
El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, asumió este viernes su tercer mandato consecutivo (2025-2031) en una ceremonia celebrada en la sede del Parlamento, organismo bajo su control. Este acto fue calificado por la oposición como un “golpe de Estado” debido a la falta de publicación de los resultados detallados de las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que Edmundo González Urrutia habría obtenido una amplia victoria según organismos internacionales. La jornada estuvo marcada por un fuerte rechazo de la comunidad internacional, nuevas sanciones económicas y un creciente aislamiento diplomático para el régimen chavista.
Maduro, que lleva 12 años en el poder, juró el cargo ante el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, en un acto con toda la pompa característica del chavismo. Vestido de traje oscuro y con la banda presidencial, proclamó que su tercer período sería el de “la paz, la prosperidad y la nueva democracia”. “Lo juro por la historia, lo juro por mi vida, y así cumpliré”, expresó Maduro con vehemencia antes de dirigirse a la Academia Militar de Venezuela, donde más de 3.200 uniformados le reafirmaron su “lealtad absoluta”. En este contexto, Maduro pidió múltiples juramentos de lealtad, tanto a las Fuerzas Armadas como a funcionarios civiles, mientras prometía reformas profundas, incluyendo una “gran reforma” a la Constitución.
Sin embargo, la oposición y buena parte de la comunidad internacional desconocen el acto. La coalición opositora Plataforma Unitaria denunció que Maduro consumó un golpe de Estado al juramentarse apoyado “por la fuerza bruta y desconociendo la soberanía popular”. María Corina Machado, líder opositora y figura clave en las recientes protestas, enfatizó que “Maduro no se puso la banda presidencial en el pecho, se la puso en el tobillo como un grillete que cada día le apretará más”. Machado, quien fue brevemente detenida durante las manifestaciones del jueves, destacó la importancia de seguir presionando al régimen para restituir la Constitución y llamó a la comunidad internacional a intensificar sus acciones.
Llamado a las Fuerzas Armadas
Desde República Dominicana, Edmundo González Urrutia, reconocido por la oposición y varios países como el presidente legítimo de Venezuela, decidió posponer su ingreso al país, al considerar que no están dadas las condiciones de seguridad. “Estoy muy cerca de Venezuela, listo para el ingreso seguro en el momento propicio”, declaró en un video difundido en redes sociales, en el que además ordenó al alto mando militar “desconocer órdenes ilegales” y preparar las condiciones para su asunción como presidente. González Urrutia criticó que Maduro se autoproclamara presidente sin presentar pruebas que respalden su supuesto triunfo en los comicios de julio.
En paralelo, Estados Unidos calificó la investidura como una “farsa” y anunció nuevas sanciones contra altos funcionarios del régimen chavista. El Departamento del Tesoro impuso medidas contra el jefe de la estatal petrolera PDVSA, Héctor Obregón, y otros siete altos cargos, mientras que la recompensa por la captura de Maduro y Diosdado Cabello, ministro del Interior, fue elevada a 25 millones de dólares. “Estas sanciones golpean directamente la capacidad del régimen de financiar su aparato represivo y su propaganda”, señaló Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos. Además, la administración de Joe Biden extendió por 18 meses el Estatus de Protección Temporal (TPS) para migrantes venezolanos en territorio estadounidense.
La Unión Europea y el Reino Unido también se sumaron al rechazo internacional. Bruselas calificó la reelección de Maduro como ilegítima y exigió la liberación inmediata de los presos políticos en Venezuela. Londres, por su parte, anunció sanciones contra 15 altos cargos del régimen y cuestionó la legalidad del acto de juramentación. A pesar de las críticas, Rusia respaldó al mandatario venezolano. El presidente Vladimir Putin transmitió sus felicitaciones a través del jefe de la Duma, Viacheslav Volodin, quien estuvo presente en la ceremonia en Caracas.
La tensión en el país se intensificó tras la investidura de Maduro. Según denunció Machado, el régimen ordenó el cierre de fronteras, el despliegue de un sistema de misiles antiaéreos y la militarización de Caracas para controlar cualquier intento de protesta o movimiento opositor. “Este régimen está más debilitado y aislado que nunca. La victoria está cerca”, señaló Machado, instando a sus seguidores a mantener la presión tanto en Venezuela como en el extranjero.
Mientras tanto, las sanciones internacionales empiezan a mostrar su impacto en la economía venezolana y en los mercados globales. El precio del petróleo se disparó este viernes, con el barril de Brent superando los $80, como resultado de las restricciones adicionales en el comercio de crudo venezolano y ruso. Analistas advierten que, aunque las medidas económicas debilitan al régimen, también agravan la crisis humanitaria en el país.
Maduro, por su parte, se mantiene desafiante y asegura que su nuevo mandato estará marcado por la recuperación económica y la estabilidad política. “Esta toma de posesión constitucional venezolana no la pudieron impedir, y es una gran victoria”, declaró. Sin embargo, los retos internos y la presión internacional perfilan un panorama incierto para su gobierno en los próximos años.
Con un país dividido, una economía colapsada y un creciente rechazo internacional, el régimen de Nicolás Maduro enfrenta uno de los períodos más desafiantes de su mandato. Mientras tanto, la oposición venezolana y sus aliados en el extranjero buscan mantener el impulso para lograr una transición democrática que ponga fin a más de dos décadas de chavismo.