Es posible que nos hayamos venido arriba, sí. Porque al final quien se merece una estatua en un estadio es porque se lo gana en el campo. Pero como en el FC Barcelona los valores siempre deben ser importantes, lo que ha hecho
Dani Olmo y lo que sigue haciendo merece un reconocimiento. De su calidad no se puede dudar. La demostró en la Masia, en Croacia, en Alemania, con la selección española y, también, en los pocos partidos que ha disputado en el Barça. El de Terrassa es un futbolista técnico, vistoso, con una gran clarividencia para el pase y el disparo. Además, elimina rivales con astucia. Sus caños a los que van con todo a por él son marca de la casa. Pero además,
Olmo está demostrando que es un tipo leal, fiel, discreto, con mucho autocontrol (no infravaloren esta cualidad en estos tiempos que corren) y muy, muy del Barça.
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