En un asombroso
descubrimiento en la cueva Ségognole 3, ubicada al sur de París, los arqueólogos han encontrado lo que podría considerarse
el primer mapa tridimensional de la historia, una obra maestra prehistórica que desafía todo lo que sabíamos acerca de las capacidades de las sociedades del Paleolítico. Este grabado, que
data de unos 20,000 años, muestra una sorprendente complejidad tecnológica para su época, sugiriendo que los cazadores-recolectores de entonces poseían conocimientos avanzados sobre su entorno natural y la hidrología.
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