El coatí es un mamífero pequeño y amistoso, se pasea por Cancún señorialmente sin ser molestado en los hoteles de cinco estrellas y all-inclusive. En cambio su primo lejano, el mapache, se pelea con la ferocidad que sólo da el hambre contra perros y gatos y lo hace por ver quién se lleva los restos de comida dejados a su suerte en los basureros de Tampico, Ciudad Madero y Altamira en Tamaulipas, en el norte mexicano. Las diferencias entre el primo bon vivant y el menesteroso son notorias. Los rasgos finos y su cola elegante dan al primero un halo de belleza silvestre, son la fauna ornamental del suntuoso Caribe. El mapache en cambio, más relacionado con el robo nocturno, su antifaz natural no le ayuda mucho para clamar su inocencia y se transforma en un Fantômas peludo: es todos los mapaches y ninguno.Su rastro sigue las montañas de basura olvidadas en mercados, hospitales, escuelas y sótanos de edificios públicos. Habita en túneles pluviales y hace madrigueras con desechos. Se ha convertido en una plaga que es preciso erradicar. Mientras se cuestiona quién debería ir tras los mapaches, si la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), si las autoridades de Protección Animal, éstos se han convertido en noticia a nivel local, nacional y hasta en estrellas de las redes sociales.Acaparan en internet los videos de gente invitándolos a comer frituras, a beber cerveza, y a quienes en un descuido les son robadas sus pertenencias por estos simpáticos pero taimados animales. El mapache supo que, para ser alimentado y consentido, debía volverse un atractivo y sólo había un lugar donde representar ese papel: el malecón de Playa Miramar, en Ciudad Madero. El mismo lugar donde salió la leyenda urbana de una base extraterrestre submarina que desvía los huracanes. La llegada de los mapaches impulsó el turismo en la zona, que este verano dejó sólo en Miramar una derrama económica de mil millones de pesos.Pero al interior de las ciudades su presencia no es bien recibida. El cabildo de Tampico ha urgido intervenir a la Comisión Estatal para la Protección de Riesgos Sanitarios para evitar enfermedades futuras, debido a que en el Mercado Municipal de Tampico se elaboran alimentos que consumen los ciudadanos.El puerto fue originalmente identificado por las nutrias –perros de agua– y aparecen incluso en el escudo de la ciudad, solo que su población fue casi diezmada por las redes de los pescadores. A principios del milenio, los cocodrilos –surgidos de una laguna recién saneada– y los extraterrestres se alzarían como el referente obligado en esta parte del país. No es descabellado pensar que, en una reelaboración del escudo de Tampico, la voz popular clame incluir al mapache peludo. @gerardorocha340 Ya hace sed ????#playamiramar???????????????? ♬ Las Heladas - Los Tucanes De Tijuana Tampico y Ciudad Madero son dos ciudades tan próximas entre sí que comparten el Estadio Tamaulipas de futbol, cuyas mitades del campo de juego están a un lado de cada municipio; quiso el destino que también compartieran la sobrepoblación de cocodrilos, el turismo de ovnis y, desde luego, la invasión de los mapaches.El mapache: ¿plaga o atractivo turístico?La llegada de los mapaches es tema de controversia. Por la destrucción y apropiamiento de su hábitat que provocó la mancha urbana, y por el agradecimiento a los pescadores que les daban restos de su pesca diaria, éstos se habituaron a ser alimentados por los humanos y se propagaron. Si el hombre los había expulsado, era justo que los alimentara.Playa Miramar, el máximo atractivo turístico en el estado, tiene una extensión de diez kilómetros de arenas finas, con un declive que permite caminar en línea recta hacia el mar hasta 120 metros sin sumergirse. Su malecón, que data de 1890, se extiende por casi mil 340 metros. Hasta finales de los ochenta era posible llegar en automóvil hasta su punta por dos estrechos carriles. Y se pasaba por el único local a su entrada: el restaurante de mariscos El Pikio, que llevaba medio siglo dando servicio al público.Los mapaches llegaron al malecón en 2010. Carolina Infante, cronista de Ciudad Madero, señala que la construcción de hoteles y concesiones en Playa Miramar desplazaron a estos animales de sus hábitats y buscaron refugio en las escolleras, atraídos por los restos de pescados y vísceras que los pescadores dejaban. @danieob Mapaches en playa Miramar #mapaches #tampico #madero #playamiramar #animales ♬ sonido original - Daniela Ontiveros En 2011 nos hospedamos en el Hotel Las Gaviotas, propiedad del Club de Regatas Corona. Estábamos sentados frente al río que se une con el mar. Recuerdo a los mapaches pasar solos o con sus familias. Algunos se detenían a hurgar en los botes de basura y otros seguían su camino rumbo a las escolleras. Un mapache se nos acercó olfateando el suelo en busca de alimento. Le dimos algo de comer. En un par de minutos estábamos rodeados por más de 15, se alzaban en sus dos patas y con las garras extendidas. Hubo que lanzarles lejos la comida para regresar al cuarto sin dificultad.El boom inmobiliario y comercial de Playa Miramar detonaría el potencial turístico de la zona, su hábitat sería invadido por la instalación de cadenas hoteleras, condominios, restaurantes y bares. Y los mapaches serían testigos de la demolición de El Pikio. “El icónico Pikio dio servicio por última vez […]. Se confirmó que el exalcalde de Ciudad Madero, Jaime Turrubiates, logró obtener la concesión de ese tramo de la zona federal”, publicó ‘Reporte Noreste’, el 19 de agosto de 2015.En la última década los mapaches han sido un atractivo turístico que genera visitantes y fuentes de empleo. La familiaridad con que se acercan a los paseantes para ser alimentados despiertan ternura natural, mientras que su actuación en simpáticos videos que se viralizan los volvió embajadores turísticos con reportajes en revistas y portales de internet. No hay otro lugar parecido en México. Mauro Reyes, regidor de la Comisión de Medio Ambiente de Ciudad Madero, declaró al reportero Juan Hernándezque “aún no hay un censo de estos animales, Profepa lo que nos pide es un estudio poblacional, realmente ya ha sido alarmante la cantidad de mapaches, pero sí podemos comentar que son entre mil 200 y mil 500 mapaches en playa Miramar”, dijo en julio de 2023.Lleve sus frituras para el mapache peludoEn el puesto La Culpable, dedicada a vender cocos, raspados, rusas, chamogomitas, chamomicheladas y refrescos en el malecón, las mesas tienen un mapache de cerámica como centro de mesa. Un pizarrón, con el dibujo de un mapache, un barco de Pemex, un ser gravitando y una nave espacial invitan a comprar “frituras para el mapache peludo”.A unos pasos, un vendedor con croquetas para perro ofrece una opción más saludable: “croquetas para el mapache: para que no le de colesterol, lleve su bolsa”.La interacción inició con el pie izquierdo, registrándose ataques a machetazos contra los animales y envenenamiento con ácido muriático del agua que beben, señalaron integrantes del Patronato Protección y Preservación del Mapache Miramar. Nunca se atrapó a los culpables –se sospechó de pescadores y comerciantes molestos–, ni se descubrieron los motivos para los sangrientos ataques. Posteriormente, se pasó de un intento de echarlos a una conveniente aceptación, pues su número no sólo fue creciendo, sino que resultó un atractivo para los visitantes.El aumento de lluvias de junio y julio de 2024 provocó el desbordamiento de lagunas y la sorpresiva aparición de cocodrilos en Miramar. En la lucha territorial, el mapache disputó su espacio no sólo contra perros y gatos de la zona, sino contra un cocodrilo de metro y medio. Como lo publicó MILENIO, “el reptil se encontraba en el área de las escolleras, justo donde se ubican los mapaches de esta zona”, escribió Sandra Sosa Peña el 19 de noviembre de 2024. El cocodrilo rápidamente fue asegurado por empleados de Protección Civil y subido a una camioneta que se lo llevó de la playa. Una cosa es que los turistas alimenten a los mapaches frente a frente, pero otra que los turistas corran el riesgo de ser alimento de un cocodrilo hambriento.El mapache chelero de Playa MiramarSu popularidad les ha merecido artículos en revistas y portales turísticos. Sin embargo, tanto en la playa como en la ciudad no todo es felicidad. Se documentan en videos difundidos en redes sociales intentos de robos de bolsas de frituras y casos más graves a los que la prensa le sigue la pista.En marzo de 2024, una turista dejó su celular para tomarse una selfie, cuando vio que un mapache lo tomó y se dio a la fuga por el malecón. El celular fue recuperado, no se sabe si porque resultó muy pesado o porque el ladrón peludo se supo in fraganti –el animalito alcanzó a salir en el video–. Un mes antes, un niño reportó que mientras dejaba secando al sol un trabajo de educación artística para la escuela, un mapache decidió poner sus huellas en el papel reciclado con el cual elaboraría una lámpara. La obra intervenida causó emoción entre los alumnos cuando se presentó en clase.En enero, un hombre disfrazado del superhéroe Rocket Racoon, personaje de Guardianes de la Galaxia, decidió alimentar a los mapaches, los cuales con total desparpajo tomaron gustosos las frituras que ofreció el gigante de su especie.Durante el verano de 2023, una sequía impactó a la zona de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, y el agua comenzó a escasear. Los supermercados limitaron la venta de botellones hasta que sus anaqueles quedaron vacíos. El pánico incrementó la compra de tinacos, pero no había agua con qué llenarlos. Incluso hubo quienes fueron al municipio de Tampico Alto, en el norte de Veracruz, en busca de un pozo.Los mapaches no se salvaron del calor que sobrepasaba los 45 grados. Los comerciantes decidieron dejar baldes con agua, pues los veían deshidratados. Un video que se hizo viral, el del Mapache chelero, un animalito tenía sed y tomó cerveza de un bote que encontró en la basura. El video generó controversias que fueron desde el festejo cómplice, hasta recriminaciones por no dar agua al animalito.El mapache chelero de Miramar se une a lafestiva fauna con gusto por el alcohol: como el célebre burro de la roqueta de Acapulco, que durante tres décadas bebió cerveza para deleite del turismo, pero no de los conservacionistas –no se sabe el destino final del burro, pero más de uno asegura que murió feliz–, o el chimpancé de Bossou en África que “elabora una especie de esponja que moja en la savia de la palma, fermentada naturalmente, para después chuparla”, cubrió EFEverde en 2015.Los mapaches dieron lugar a una modesta pero constante fuente de ingresos que permiten al comercio informal vender desde la fritura para darles de comer, las tazas decoradas, peluches, llaveros, lámparas para buscarlos en la noche, entre otros artículos.Esta impensable atracción turística –extraterrestres, mapaches y cocodrilos– provoca una difícil decisión en los visitantes: ¿cuál peluche llevar como souvenir? Algunos prefieren no tener que elegir y se llevan los tres de recuerdo. Raúl, un vendedor entrevistado recientemente, dice que por un pequeño margen los mapaches se venden más. Debe ser una cuestión de empatía y seguridad: siempre será más seguro darle de comer a un mapache que al cocodrilo o a un alien.El mapache que atacó a un perro rottweilerHace 25 años grandes lotes de terrenos baldíos separaban las calles de Lomas de Rosales y Universidad de Wisconsin, en Tampico. Los planes de desarrollo urbano contemplaron unirlos con una calle para agilizar el tráfico vehicular, lo que aumentó su plusvalía hasta convertirlos en rentables colonias para vivir. Los desconcertados habitantes naturales de ese territorio: tejones, armadillos, mapaches, iguanas y algún jabalí fueron las primeras víctimas del progreso. Sus cuerpos atropellados, en lo que antes fueron sus dominios, eran una advertencia de que los tiempos habían cambiado.Laura Rodríguez vive en la colonia Nuevo Madero, en Altamira, rodeada de zonas donde aún hay montes y lagunas. Garritas es su gato amarillo de cuatro años. Le guarda cariño porque fue la mascota favorita de su padre, recientemente fallecido. Hace unos días un mapache se lo quiso llevar al monte. “Se defendió como pudo hasta que llegué, le tuve que dar de escobazos al mapache para que lo soltara. Ya cuando se iba, con una mano, zas, se llevó una gallina cercana”, declaró al reportero Agustín González.Los mapaches se transformaron de un breve divertimento a una amenaza para la población y sus mascotas, desatando una psicosis exagerada. Una abuelita, Angélica Ochoa, dijo vivir aterrorizada en enero de 2023, porque a un costado de su hogar hay una casa abandonada llena de basura y ropa vieja, donde cree pueda haber un nido de mapaches. La señora indicó que su mascota –un perro rottweiler– quedó con lesiones que le provocó uno de estos maleantes.Enemigo público del Mercado Municipal de TampicoEl Mercado Municipal de Tampico tuvo una remodelación que duró cuatro años y cinco meses. El resultado, en beneficio del turismo, fue un moderno edificio de varios niveles, locales bien acondicionados, barandales de herrería, escaleras eléctricas y asépticas zonas de comida. Atrás quedó el viejo mercado con sus pasillos lóbregos y suelo irregular. Los gatos y perros que vagabundeaban, y las jaibas prófugas que intentaban escapar de su destino, no recorrerán más los nuevos y relucientes pisos. El orgullo de los locatarios duró hasta que llegaron los mapaches. En este mercado persiguen al simpático mamífero, le colocan trampas con pescado muerto, las cuales logra eludir en su mayoría gracias a su astucia y desconfianza natural. “Ya es una plaga”, asegura el comerciante Abel López al reportero Jesús Alberto García 12 de noviembre de 2024.“Antes solamente aparecían durante la noche; sin embargo, en el último mes los han visto a plena luz del día y se han logrado captar en video arriba de los locales que se encuentran en el segundo nivel”.Los clientes han comenzado a evitar el paso o consumo de alimentos sobre las áreas de avistamiento.En el Hospital General del ISSSTE de Tampico faltan las medicinas pero sobran los mapaches. Este hospital, que cobró notoriedad nacional al ganar 20 millones de pesos en la rifa del avión presidencial el 15 de septiembre de 2020, enfrenta una plaga de mapaches en sus instalaciones. Estos provocaron caos: “mientras paseaban por los pasillos, consultorios, ductos de aire, cocinas, quirófanos, y habitaciones ante la mirada de médicos, enfermeras y pacientes”, documentó ADN40 el 15 de marzo de 2022.El director del hospital, Luis Manuel Rodríguez, señaló que los mapaches “aquí están libres, no tienen depredador y tiene alimento por todos lados, estamos al lado de un centro comercial; se van, comen allá y se meten al hospital”, señaló. Uno no puede dejar de reconocer la congruencia de estos animales: van al centro comercial a comer y regresan al hospital a morir.Los mapaches se encuentran a salvo por el momento. Sin embargo, una de las soluciones para su reubicación los pondría de nueva cuenta en desventaja en la cadena alimenticia. El destino de este simpático animal está aún por decidirse.Los habitantes de las zonas conurbadas de Tampico, Ciudad Madero y Altamira deberemos aprender a convivir con los cocodrilos, los mapaches y, ¿por qué no?, con el mito de la base extraterrestre. Irremediablemente, habrá una palabra a la que tendremos que acostumbrarnos. La palabra es ‘coexistencia’. No habrá que olvidarla, la próxima vez que un mapache tire nuestro bote de basura, nos robe un celular o quiera atravesar nuestro patio acompañado de su familia. Es coexistencia.GSC/AMP