¿Es mejor comprar una pizza familiar o dos medianas? Un ingeniero tiene la respuesta
La pizza es uno de los platos más amados en todo el planeta. Desde su humilde origen en las calles de Nápoles hasta su evolución como icono de la gastronomía global, este alimento se ha adaptado y transformado según los gustos y tradiciones de cada región. Pero más allá de este asunto, ha surgido un debate entre los consumidores: ¿es más conveniente comprar una pizza familiar o dos medianas? Un ingeniero español, David Gozalo, ha resuelto este dilema con precisión matemática.
En un análisis basado en principios matemáticos y geométricos, Gozalo utilizó datos de Domino’s Pizza para comparar la cantidad de pizza que se obtiene en cada opción. Según su investigación, una pizza grande de 38 centímetros de diámetro tiene un área de 1.134 cm² y cuesta 17,95 euros. Por otro lado, dos pizzas medianas, con un diámetro de 29 centímetros cada una y un precio de 8,95 euros por unidad, ofrecen un total de 1.321 cm² de pizza.
A partir de estos cálculos, no solo queda claro que las dos medianas proporcionan más pizza, sino que también son más rentables. Al dividir el área total de pizza por el precio, Gozalo determinó que cada euro invertido en una pizza grande equivale a 63,17 cm², mientras que en el caso de dos medianas la cifra asciende a 73,72 cm².
Además de las ventajas matemáticas, existe un beneficio adicional en términos de variedad. Al comprar dos pizzas medianas, los consumidores pueden elegir diferentes especialidades, adaptándose mejor a los gustos de los comensales.
Un alimento con historia
La pizza tiene una rica historia que se remonta al siglo XVIII en Nápoles. Originalmente, era un alimento popular entre las clases trabajadoras, compuesto por una base de masa cubierta con ingredientes simples como aceite de oliva, tomates y hierbas. La pizza moderna tomó forma en 1889 cuando Raffaele Esposito creó la famosa 'pizza margherita' para homenajear a la reina Margherita de Saboya, representando los colores de la bandera italiana: rojo, blanco y verde.
Con la migración italiana a finales del siglo XIX, la pizza cruzó el Atlántico y encontró un segundo hogar en Estados Unidos, donde se adaptó a nuevos gustos y estilos, como la pizza estilo Nueva York y la 'deep-dish' de Chicago. Durante el siglo XX, la pizza se consolidó como un alimento global, adaptándose a las preferencias locales pero manteniendo su esencia.