Los expertos explican por qué los incendios de Los Ángeles siguen activos una semana después
El Servicio Meteorológico Nacional en Los Ángeles ha advertido de que "las condiciones meteorológicas críticas para los incendios continuarán hasta el miércoles" mientras los expertos creen que los peores vientos se producirán entre este martes y miércoles. Las autoridades estadounidenses han informado de que han aumentado a 24 las víctimas mortales en la ciudad de Los Ángeles. El gobernador de California, Gavin Newsom, ha dicho que "es probable que haya muchas más" muertes en los incendios forestales.
Una semana después, las autoridades se ven desbordadas, incapaces de sofocar los devastadores incendios que han arrasado 1.800 estructuras y dañado más 10.000. El principal factor del fuego tiene su origen en los denominados vientos de Santa Ana, muy comunes en el sur de California durante los meses más fríos del año, de octubre a marzo.
Este viento proviene en las áreas de alta presión sobre el desierto de Mojave y lleva el nombre del Cañón de Santa Ana, en el sur de California. El departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de UCLA, la universidad de California, asegura que se trata de un viento seco, violento y caliente. En realidad, estas masas de aire abrasador se "forman cuando el desierto es relativamente frío. La alta presión se acumula sobre la Gran Cuenca (Nevada y parte de Utah) y el aire frío allí comienza a hundirse” por los valles, explica la UCLA. “Sin embargo, este aire es empujado hacia abajo, comprimiéndolo y calentándolo a un ritmo de unos 10C por kilómetro de descenso. A medida que aumenta su temperatura, la humedad relativa disminuye. El aire se seca al alcanzar el nivel del mar y gana velocidad a medida que se canaliza a través de pasos y cañones”.
Este fenómeno actúa de una forma peligrosa ya que al ser vientos rápidos -pueden alcanzar velocidades de entre 50 y 70 km/h, con ráfagas que a veces superan los 100 km/h en zonas montañosas y cañones- y cálidos secan la vegetación y aumentan el riesgo de incendios forestales. "Una vez que se produce un incendio, los vientos avivan las llamas y aceleran su propagación”, añade el departamento de estudios, que afirma que son episodios que "tienden a durar sólo unos pocos días, aunque ocasionalmente ocurren eventos muy prolongados".
Otro problema añadido es que debido a su ferocidad pueden dificultar las operaciones de rescate inmovilizando aviones y los activos de los servicios de emergencia. “Aunque el avión puede volar, los fuertes vientos afectan las gotas de agua” y, por tanto, su capacidad de llegar directamente al fuego, dijo al periódico "New York Times" un portavoz de la UCLA.
Estos vientos, conocidos como los “vientos del diablo” o “vientos rojos”, forman parte de la mitología estadounidense. En su cuento "Red Wind", Raymond Chandler escribió sobre esto de esta manera: “Aquella noche soplaba un viento del desierto. Era uno de esos vientos cálidos y secos de Santa Ana que bajan por los pasos de montaña y te encrespan el pelo, te hacen saltar y te pica la piel”.