El talón de Aquiles de Aldama
Dijo Ábalos que lo de las mascarillas era apenas el «chocolate del loro» de la trama en la que el empresario Aldama ha vinculado al exministro hasta su imputación. Sí que parece serlo, por las informaciones que afloran. Lo prueban los movimientos del mediador para reducir su responsabilidad en el caso por el que el juez Pedraz le metió en la cárcel, que es el de los hidrocarburos, entramado megamillonario con ramificaciones en España, Portugal y Venezuela, donde el aludido tenía excelentes contactos, como revelan los informes de la UCO sobre la compra de lingotes de oro rusos, y los contactos del asesor con Delcy Rodríguez.
Madeja complicada de desenredar, aunque el funcionamiento de la trama era sencillo: empresas ficticias compraban combustible sin pagar IVA, desapareciendo antes de que la Agencia Tributaria pudiera recaudar el impuesto. El fraude no consistía, por tanto, en estafar al consumidor, sino a Hacienda. Aunque dado que Hacienda somos todos, o al menos eso dicen, el fraude afecta a la ciudadanía al completo. El abogado y economista Guillermo Rocafort es de los que lleva meses intentando desmadejar el complicado entramado de la operativa. Protagonizan la estafa empresas que presuntamente operan entre España y otros países, aprovechándose inicialmente de la exención del IVA en transacciones transfronterizas.
La trampa empezaría cuando una firma vende combustible a otra con actividad en un país distinto, lo que elimina la obligación de soportar el impuesto. La sociedad receptora en España puede no tener actividad real, y en todo caso se esfuma tras operar. Una tercera empresa pantalla registra una venta en territorio español. Una exportadora lleva el combustible a otra firma de fuera, reclamando la devolución de un IVA que nunca llegó a ser ingresado en Hacienda, completándose así el círculo fraudulento. Suele haber un importante número de intermediarios. Cuántos más, más difícil el rastreo. Las empresas y sociedades creadas dentro del sector de los hidrocarburos siempre vendían el combustible a pérdida y con domicilio fiscal falso. No pagaban el IVA recaudado y operaban con facturas inventadas emitidas tanto desde Portugal como desde España. Según la UCO, la trama de los hidrocarburos y los casos vinculados a ésta habrían llevado una hoja de ruta parecida, por lo que cabe presuponer responsabilidades por inacción u omisión de Hacienda u otros Ministerios.
Guillermo Rocafort ha explicado estos días como Cristian Corvillo, ex chófer de Sánchez, estaría involucrado en la trama junto a Aldama, pues «tiene a nombre de sus sociedades en Portugal las Propiedades Inmobiliarias del fraude de los hidrocarburos». Corvillo, que sería el alias «Goblins» de los informes de la UCO, comenzó su carrera política en el PSOE trabajando como chófer personal de Sánchez cuando éste era candidato a las primarias. Después se dedicó a la política en Andalucía. Su nombre sale en varios informes de la Unidad Operativa, en el marco del caso Villafuel, con Aldama y el empresario Claudio Rivas. Sectores del PSOE andaluz contrarios a Corvillo le han señalado dentro de las operaciones para favorecer a Ábalos en la presunta compra de fincas, acusación que él ha desmentido. También le implican en supuestos intereses societarios con Aldama y sus conmilitones, e incluso de montar algunas de las fiestas a las hace mención el mediador, lo que también niega.
Interesante será ver cómo evoluciona el caso hidrocarburos y su relación con los otros, si es que la hay. Aldama sabe aquí está su talón de Aquiles. Por eso dispara a lo demás. Colaborando con la Justicia verá reducida su condena por los hidrocarburos, que es donde está el fraude millonario de verdad.