Carlo Ancelotti no pasa por ser uno de los tres grandes entrenadores de la historia del fútbol. Pero, a la chita callando, con su método fácil y levantando la ceja, no hay otro que tenga tantos títulos de Champions como él. Cinco en total. Las dos primeras con su
Milan y las otras tres con el Real Madrid, en su primera etapa y en la segunda. Incluso, la temporada pasada, fue capaz de levantar el trofeo en el primer año sin Benzema y en el último sin Mbappé. De las seis finales vividas desde el banquillo ha ganado cinco. Un hito. Es, ya, -casi nada- el entrenador más laureado de la historia del Madrid. Es, también, el único que ha ganado la Liga en Italia, España, Inglaterra, Alemania y Francia. Viene de hacer doblete en el Madrid y, en la actual temporada, ya ha ganado la Supercopa de Europa y la Intercontinental. Y, de pronto, pierde 2-5 la final de la Supercopa de España, es vapuleado por un Barça pletórico y en Madrid le ponen en la diana. Eso sí es entorno. Incluso
Pedrerol le dedicó una editorial durísima. Ayer, en una rueda de prensa más tensa de lo habitual, el italiano dejó sentencias para el museo de frases antológicas. Sin señalar al pasotismo defensivo de sus tres delanteros, ni de la noche lúgubre de
Lucas Vázquez y
Tchouámeni, se negó a debatir de si fue un problema de actitud o de fútbol, pero reconoció estar dolido por la final perdida. “Pero tenemos muchas finales por delante. A veces tienes que pagar la cuenta, y ha sido cara”. Rafa Benítez cayó por recibir cuatro goles del Barça. Ancelotti llevará el sambenito de los nueve goles del Barça de Flick. La temporada es larga, pero
Xabi Alonso puede calentar ya en la banda. Su
Leverkusen, sin ‘prima donnas’ sigue maravillando
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