Medvedev se desquicia en su adiós al Open de Australia
Daniil Medvedev, triple finalista del Open de Australia y tres veces subcampeón ante Sinner, Nadal y Djokovic, ya no está en Melbourne. El ruso se asomó al abismo en la primera ronda ante el tailandés Kasidit Samrej. Necesitó cinco sets para deshacerse del 418 del mundo. En segunda le esperaba el estadounidense Learner Tien, 121 del ranking y que con 19 años persigue colarse en el «top 100», y Medvedev dijo adiós en cinco sets. Fue un partido loco que se prolongó durante cuatro horas y 49 minutos, muy del Medvedev de los últimos tiempos. Tien, finalista en las últimas Netx Gen ATP Finals, se impuso por 6-3, 7-6 (7/4), 6-7 (8/10), 1-6 y 7-6 (10/8).
Medvedev llegaba a Melbourne, después de haber sido papá por segunda vez y de haber pasado unas vacaciones con su familia en el sur de Francia. Fue el mejor fin de año posible después de una temporada que el mismo calificó de 6,5 sobre diez. Y eso siendo el número 5 del mundo, pero sus comportamientos en la pista y en las salas de prensa no hacían más que revelar su tormenta interior. Acabó el año sin títulos, cayó en numerosos torneos en las primeras rondas y comprobó cómo en los duelos directos con los mejores (Sinner, Alcaraz y un crecido Zverev) cada vez estaba más lejos. «Antes me sentía dominador ante la mayoría de rivales, pero esta temporada he tenido que sufrir para ganar a cualquiera. Quiero ser el número uno del mundo, pero no he jugado lo suficientemente bien para ello», aseguraba sobre el pasado curso. E iba más allá: «Ahora mismo veo que no tengo lo necesario para competir con garantías ante Jannik y Carlos, especialmente. Tengo que mejorar algunos aspectos, no tanto a nivel de táctica, sino en la ejecución de los golpes. Tengo que ser muy agresivo y reducir los errores. Construir una versión mejorada de mí mismo no va a ser sencillo, dudo que pueda hacerlo porque cuando tienes 28 años, cambios drásticos de ese tipo son complicados». Y su trayectoria en el Open de Australia no ha hecho más que ratificarlo.
El estreno ante Kasidit Samrej tuvo de todo. Llegó a verse con dos sets a uno en contra y logró remontar, pero... se mostró desquiciado y llegó a golpear la red en la parte donde está la cámara destrozando tanto su raqueta como la cámara. En la entrevista a pie de pista también dejó una de sus particulares reflexiones. «Si él juega así siempre lo tendrá todo: dinero, chicas, casinos... ojalá juegue así de bien porque por momentos no supe que hacer».
Y eso fue lo que se repitió ante Tien. Cedió los dos primeros parciales, el segundo en el «tie-break», pero fue capaz de salvar una bola de partido en el tercero y cuando parecía que había resucitado se estrelló en el superdesempate del quinto. Y todo salpicado con sus habituales gestos despectivos hacia el público, el árbitro y el rival. El partido, por si faltaba algo, llegó a estar detenido por la lluvia con 5-5 y 15 iguales. Medvedev encarriló el partido en la reanudación con un «break», pero fue incapaz de cerrarlo con su servicio.
La derrota de Medvedev fue la sorpresa de una jornada que incluyó el primer set cedido por Sinner en 102 días. Desde primeros de octubre en Shanghái, ante Etcheverry, el número uno no perdía un parcial y lo hizo ante el australiano Tristan Schoolkate. Sinner se impuso por 4-6, 6-4, 6-1 y 6-3 y en tercera ronda se medirá con el estadounidense Giron, número 46 del mundo. Sinner además anunció en Eurosport que cambiará de entrenador a final de año. «Será la última temporada de Darren Cahill –de 59 años y que dirigió a Hewitt, Agassi y Halep entre otros– como mi entrenador», comentó.
Pablo Carreño no pudo acceder por séptima vez consecutiva a los dieciseisavos de final. El asturiano se topó con el estadounidense Ben Shelton y cedió en cuatro sets (6-3, 6-3, 6-7, 6-4) después de dos horas y 36 minutos. Shelton conectó 17 saques directos.