Casi un siglo después del chascarrillo de Camba , que rechazó un sillón en la Academia porque lo que necesitaba era un piso, el ideal español sigue revoleteando sobre el Zeitgeist de 'El Idealista': una vivienda, ese invento, ay, de los falangistas, que hicieron del piso su patria, en la creencia de que, si el españolejo tuviera algo propio que defender, gritaría ¡Viva España! en vez de ¡Viva Rusia!, cosa que impresionaba mucho a José Antonio, que bastante impresionado estaba con la visión de tantos compatriotas viviendo como animales en cuevas. «Si no hacemos nada, pronto sólo habrá dos clases de españoles: los que heredan un piso de sus padres y los que no», ha dicho Sánchez, poniendo así en...
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