Angel Maass: MAGA 2.0, México frente a Trump

El año 2025 ha comenzado con un hecho que ya se veía venir: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, impulsado por su base ideológica MAGA (Make America Great Again). Con ello, el discurso sobre nacionalismo económico y endurecimiento migratorio retoma protagonismo, generando expectativas —y nerviosismo— en los mercados internacionales. México, su vecino más cercano y socio comercial clave, no será la excepción.

Un muro que trasciende lo físico

Aunque la narrativa MAGA de Trump en su primer mandato se centró en construir un muro fronterizo, su verdadero impacto estuvo en los muros económicos. La renegociación del TLCAN para convertirlo en el T-MEC dejó claro que su estrategia era proteger sectores estadounidenses frente a la competencia global. Ahora, en su segundo mandato, este proteccionismo podría intensificarse, afectando la dinámica comercial entre ambos países.

La política MAGA tiene el potencial de limitar ciertos beneficios del T-MEC, especialmente en sectores como la manufactura automotriz, donde México juega un rol clave gracias a su mano de obra competitiva. Sin embargo, Trump podría enfrentarse a una paradoja: su insistencia en reubicar cadenas de suministro a territorio estadounidense choca con la dependencia de empresas norteamericanas en México, que va más allá de los costos laborales y abarca cuestiones logísticas y de infraestructura.

Remesas, el refugio de los hogares mexicanos

Uno de los pilares de la economía mexicana sigue siendo el envío de remesas, que alcanzaron un récord histórico en 2024. Sin embargo, las políticas migratorias más estrictas que acompañan a la agenda MAGA podrían reducir las oportunidades laborales para mexicanos en Estados Unidos, impactando el flujo de estos ingresos. ¿Un golpe al consumo interno? Tal vez, aunque aún es temprano para medir los efectos exactos.

Crecimiento económico en tiempos de incertidumbre

Las estimaciones de crecimiento económico para México en 2025 son diversas y oscilan hasta un 3%, cifra que refleja el potencial de recuperación tras años de desafíos globales. Sin embargo, esta proyección podría enfrentarse a vientos en contra si la administración Trump endurece las reglas del comercio bilateral o si las tensiones políticas se traducen en menos inversión extranjera directa.

Por otro lado, México tiene la ventaja de su creciente diversificación de mercados. Mientras Trump refuerza su postura aislacionista, el país ha fortalecido sus relaciones comerciales con Europa y Asia, abriendo la puerta a nuevas oportunidades que podrían compensar parcialmente cualquier contratiempo con Estados Unidos.

¿Un “make America great again” para México?

A pesar del posible endurecimiento de políticas, hay oportunidades escondidas. La tendencia de relocalización de cadenas de suministro (nearshoring) ha beneficiado a México en años recientes, convirtiéndolo en un destino atractivo para empresas que buscan reducir su exposición a conflictos geopolíticos. Paradójicamente, el proteccionismo de Trump podría acelerar esta dinámica, dado que muchas empresas estadounidenses preferirían producir más cerca de casa en lugar de en Asia.

Además, la creciente interdependencia energética entre México y Estados Unidos podría ser un área de cooperación estratégica, siempre y cuando ambos gobiernos prioricen los intereses mutuos sobre las tensiones ideológicas.

¿Optimismo moderado o realismo necesario?

El regreso de Trump y su movimiento MAGA presenta un panorama lleno de retos, pero no exento de oportunidades. México se encuentra en una posición clave para aprovechar su proximidad geográfica y su red de tratados comerciales más allá de Estados Unidos. Sin embargo, esto requerirá políticas públicas inteligentes que fortalezcan la competitividad nacional y reduzcan la dependencia de un solo socio comercial.

Al final, la relación entre ambos países es como un matrimonio complejo: inevitable, a veces tormentoso, pero profundamente interconectado. Mientras Trump busca “hacer a América grande otra vez”, México tiene la oportunidad de demostrar que la grandeza de su economía no depende únicamente de su vecino del norte.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.