¿Qué pierde Costa Rica por falta de 5G? Los negocios y las oportunidades en riesgo
Un semáforo equipado con un sensor conectado a una red 5G podría prevenir accidentes al detectar, en tiempo real, cuando un vehículo a alta velocidad está a punto de cruzar una luz roja. Este sensor podría activar el cambio de todas las luces en la intersección a rojo, evitando a otros la colisión y salvando vidas.
De igual forma, dispositivos médicos enlazados a 5G podrían monitorear las condiciones de salud de un paciente en tiempo real, mientras que la misma tecnología sería capaz de gestionar eficientemente el tránsito vehicular y el alumbrado público.
En Costa Rica, sensores estratégicamente localizados en el territorio podrían alertar a la población, en segundos, sobre eventos como temblores o cambios repentinos en los caudales de los ríos.
Posibilidades como estas se han dejado escapar por la falta de implementación de la tecnología, un tema puesto en agenda nacional desde 2019, cuando el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones advirtió de la urgencia de recuperar el espectro en poder del ICE para desarrollar 5G.
Mientras el país se quedaba en la indecisión, otras naciones del continente avanzaron en la implementación de sus redes. Por ejemplo, Uruguay, con 3,3 millones de habitantes, ya cuenta con tres redes 5G, al igual que Puerto Rico, con 3,2 millones de habitantes, según un reporte de la organización 5G Américas del año pasado. Colombia ya opera con cuatro redes, y Brasil, con siete.
En contraste, Costa Rica apenas realizará, la próxima semana, una subasta de espectro destinada a otorgar en concesión bandas de frecuencias a empresas internacionales y nacionales.
Si el proceso avanza según lo previsto, estas empresas podrían comenzar a ofrecer servicios de quinta generación en un año.
Ni siquiera el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), que posee desde hace décadas todo el espectro necesario para desplegar redes 5G, puede ofrecer dichos servicios.
En su caso, se debe a una medida cautelar solicitada por uno de los sindicatos de la entidad, el Frente Interno de Trabajadores del ICE (FIT-ICE), la cual retrasará el lanzamiento de la red móvil 5G del Instituto al menos un año más.
Red 5G del ICE se atrasará casi un año debido a medida cautelar solicitada por sindicato
La gestión judicial fue planteada en febrero de 2024 ante el Tribunal Contencioso Administrativo contra el decreto emitido por el gobierno en agosto de 2023. La normativa dejó fuera a la empresa china Huawei como proveedora de redes 5G, alegando razones de seguridad nacional.
La decisión del Contencioso suspendió la aplicación del decreto y la licitación que había sacado el Instituto, en la que participaban ocho empresas incluida la firma china.
Rezago técnico y económico por falta de 5G
El rezago del país frente a otras naciones no es solo técnico sino también económico.
En mayo de 2021, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) había alertado que para 2024, Costa Rica podría haber perdido la oportunidad de añadir $1.134 millones al producto interno bruto (PIB) si no se aceleraba la recuperación de frecuencias ociosas en poder del ICE y el proceso de subastas para 5G.
En diciembre pasado, el Micitt actualizó el peso financiero de la demora, advirtiendo que el despliegue de redes 5G podría generar hasta $3.925 millones en el PIB en los siguientes cuatro años, beneficiando sectores clave como la salud, la educación y el comercio.
No obstante, también señaló en su informe Impacto Económico de la Tecnología 5G en Costa Rica, que un retraso de cuatro años podría costar al país $1.962 millones en ese periodo.
“La falta de inversión y desarrollo en infraestructura podría dejar al país rezagado en relación con otras naciones que ya están aprovechando las ventajas de la tecnología 5G, lo que afectaría negativamente la competitividad de las empresas costarricenses en el mercado global”, precisa el documento.
El Micitt indicó que sectores productivos clave (salud, educación e infraestructura pública) perderían oportunidades de modernización; lo cual limitaría su eficiencia y capacidad de innovación.
Subasta de espectro para 5G cambia de reglas en esta ocasión
Oportunidades sin explotar
Esa pérdida ya es un hecho, como lo señaló Adolfo Cruz Luthmer, presidente de la Cámara de Tecnologías de la Información y Comunicación (Camtic), al afirmar que de existir redes 5G, Costa Rica estaría generando nuevas oportunidades para el desarrollo de servicios, incentivando la innovación en empresas privadas y públicas, y atrayendo más inversión extranjera.
El acceso a esta tecnología, aseveró, podría diversificar la inversión en regiones fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM), democratizar el acceso a Internet y reducir la brecha digital.
“La tecnología 5G tiene el poder de borrar distancias geográficas y abrir puertas a servicios innovadores”, enfatizó Cruz Luthmer.
La Sutel coincidió en que la falta de esta plataforma estaría afectando la competitividad del país, al limitar espacios de inversión y desarrollo tecnológico que podrían generar empleo y dinamizar la economía.
En términos prácticos, 5G podría ofrecer velocidades de conexión hasta 20 veces superiores a las actuales, con un retardo en el envío de información prácticamente imperceptible.
Según el ingeniero Roberto Sasso, presidente del Club de Investigación Tecnológica y organizador del TEDxPuraVida, “la principal limitante de 5G y sus posibles usos es la imaginación”.
Aunque esta tecnología no puede competir con la fibra óptica en conexiones fijas, sí supera otras opciones de Internet fijo como el cable y el DSL.
Sasso señaló que Costa Rica podría aprovechar la red 5G para monitorear cultivos mediante drones y sensores, optimizar el uso del agua, brindar educación virtual de alta calidad y realizar conferencias en línea con cientos de participantes conectados simultáneamente, sin interrupciones.
Para Vanessa Gibson Forbes, directora de Clima de Inversión en la Agencia Costarricense de Promoción de Inversiones (Cinde), la tecnología es crucial para el desarrollo de plataformas, herramientas y dispositivos emergentes.
Entre sus aplicaciones, destacó el Internet de las Cosas, la analítica de datos, el cómputo en la nube, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la robótica. Una red robusta de 5G, dijo, impulsaría el futuro tecnológico de Costa Rica y de la región, permitiendo un salto cualitativo en la innovación y en la competitividad nacional.
En este sentido, Gibson insistió en que la herramienta no debe verse como otro avance tecnológico y uno aislado, por el contrario, cree que representa un cambio de paradigma que redefine las dinámicas económicas y sociales alrededor del mundo.
Según explicó, por el amplio uso que se le ha dado, 5G funciona como un catalizador para crear nuevos modelos de negocio y, por ende, la oportunidad de tejer innovaciones mayores para brindar a una economía como la costarricense, el perfil competitivo necesario para enfrentar el panorama global.
No obstante, esto no tendría sentido si solo el sector privado la adopta sin existir una estrategia nacional, del sector público en general, que procure beneficiar a la persona común y corriente que camina por las calles de la ciudad o por las playas y montañas de las zonas rurales.
“¿Por qué a veces se siente como que la tecnología avanza muy veloz y las personas no parece que podemos seguirle el ritmo? Porque no hemos hecho las conexiones adecuadas para volverla nuestra herramienta. Lo mismo con 5G, que requiere adaptar la visión del país y ponerla en las manos de la gente“, comentó.
De todos modos, para eso falta un tiempo.
Tanto Roberto Sasso como Adolfo Cruz estiman que podría pasar un año antes de que las empresas participantes de la subasta de espectro de la Sutel puedan empezar sus primeros despliegues comerciales de 5G.
¿En qué se diferencia 4G (LTE) y 5G?
LTE (Long Term Evolution) es un estándar de telecomunicaciones móviles que permite a las redes 4G (cuarta generación) ser más rápidas y eficientes. No obstante, no constituye un tipo de red nuevo, sino que es una evolución de la misma tecnología de 4G.
Este estándar sobresale en entornos con alta densidad de usuarios conectados, ya que mejora la velocidad para enviar y recibir datos. La tecnología de cuarta generación fue diseñada para manejar mayores volúmenes de información, permitiendo actividades como observar videos, jugar en línea o usar redes sociales con fluidez.
En condiciones ideales, LTE puede alcanzar velocidades de hasta 100 Mbps, un rendimiento notablemente rápido.
Por su parte, 5G no es una simple actualización de LTE o 4G, sino que es un estándar completamente nuevo y más avanzado en telecomunicaciones inalámbricas. Es el sucesor de estas tecnologías, ya que introduce mejoras significativas en velocidad, cobertura, capacidad y confiabilidad de la red.
La tecnología 5G responde a las crecientes demandas de la era digital. Su capacidad permite soportar un enorme volumen de dispositivos conectados al Internet de las Cosas (IoT), experiencias inmersivas de realidad virtual y aumentada, y habilitar el desarrollo de vehículos autónomos y ciudades inteligentes, entre otras aplicaciones.
Además, bajo condiciones óptimas, 5G puede ofrecer velocidades de hasta 20 Gbps, unas 200 veces más rápidas que las redes 4G con LTE.
El estándar 5G opera en tres bandas de frecuencia (baja, media y alta), lo que le permite equilibrar cobertura y rendimiento según las necesidades.
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¿Cuál es mejor: LTE o 5G?
Aunque ambas son tecnologías de redes inalámbricas, 5G ofrece velocidades de transmisión mucho mayores y permite conectar simultáneamente a más usuarios y dispositivos en la misma red.
Por ejemplo, descargar un archivo de un gigabyte (GB) toma alrededor de 10 segundos en una red 5G, mientras que en una red LTE (4G) tarda aproximadamente dos minutos.
La diferencia se hace aún más evidente al descargar archivos más pesados, como películas o videojuegos. Un juego de 50 GB requeriría cerca de 1,5 horas en una red LTE, pero apenas 7 minutos en una red 5G.
Asimismo, 5G puede gestionar hasta un millón de dispositivos conectados por kilómetro cuadrado, frente a los 100.000 que admite la tecnología LTE.
Esto lo convierte en la opción ideal para entornos con dispositivos IoT, sensores inteligentes, cámaras y usuarios que utilizan aplicaciones de alta demanda, como transmisiones en video, juegos en línea o servicios de computación en la nube.