Una cosa es ser bueno, otra diferente es ser fiable. Si un día consigues cumplir con las dos condiciones, has alcanzado la felicidad. El
Barça ha ganado solo un partido de los últimos ocho de Liga, la competición de la regularidad, de los hábitos adquiridos. Es una racha imposible de explicar si atendemos al nivel de juego del equipo, pero los diagnósticos de los puntos perdidos son distintos: un día entras mal al partido y no lo reviertes, otro eres superior al rival y te encallas en el remate, en alguno pagas demasiado caro alguna ausencia determinante, también tienes el caso de cierta desconexión o distracción que no puedes disfrazar y aún podemos añadir cuando el rival te supera con un partido excelente.
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