Trump será el primer presidente convicto de Estados Unidos: asume en medio de protestas y controversias
Un día histórico en la Casa Blanca. Donald Trump, sentenciado por 34 delitos de falsificación, asume la presidencia de los Estados Unidos por segunda vez este 20 de enero. La toma de mando ocurre tras días de manifestaciones masivas en las calles. Miles de ciudadanos protestan por derechos de migrantes, derechos reproductivos, preocupaciones ambientales y otros temas que consideran amenazados con la asunción del mandatario.
El líder republicano ha prometido que en sus primeros días en el cargo priorizará la implementación de políticas para reducir impuestos, así como la eliminación de regulaciones ambientales que considera restrictivas. Durante su campaña, ha expresado su compromiso de abordar la crisis migratoria con un "programa de deportaciones masivo" y el restablecimiento de medidas más estrictas en la frontera con México.
Promesas para los primeros días
Donald Trump ha revelado ambiciosos planes para sus primeros días de mandato. En su campaña electoral, anunció que planea firmar más de 100 órdenes ejecutivas el primer día. “El pueblo estadounidense nos ha dado su confianza y, a cambio, vamos a darles el mejor primer día, la mayor primera semana y los 100 primeros días más extraordinarios de cualquier presidencia en la historia de Estados Unidos”, dijo en un mitín del 19 de enero.
Por otro lado, ha manifestado abiertamente sus intenciones de eliminar implementaciones políticas del gobierno predecesor. “Puedo deshacer casi todo lo que hizo Biden mediante una orden ejecutiva. Y, el primer día, gran parte de eso se deshará”, dijo en entrevista con la revista TIME, en noviembre.
Entre las acciones que ha prometido está la eliminación del "mandato de vehículos eléctricos", medida diseñada para aumentar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La propuesta ha generado preocupación entre defensores ambientales, quienes advierten que podría revertir avances en la reducción de contaminantes. Además, se espera que Trump elimine regulaciones federales que, según sostiene, han incrementado el costo de vida.
Asimismo, Trump ha propuesto llevar a cabo una de las operaciones de deportación más grandes en la historia de Estados Unidos. Según declaraciones recientes, ha indicado que su administración deportará a inmigrantes que hayan cometido delitos menores, incluso si no han sido condenados. “Mañana por la noche la invasión de nuestras fronteras llegará a su fin”, dijo en un mitin previo al día de investidura.
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La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París
Donald Trump ha mantenido una postura controvertida respecto al Acuerdo de París, adoptado en 2015 con el objetivo de combatir el cambio climático a nivel global. Durante su campaña electoral, argumentó que el tratado impone "draconianas" cargas financieras y económicas al país, lo que él considera una "redistribución masiva de la riqueza estadounidense a otros países".
En su primer gobierno, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, pero Joe Biden lo volvió a incluir cuando asumió la presidencia. Actualmente, ha manifestado su intención de volver a excluir a Estados Unidos del acuerdo en 2025.
¿Adquirir Groenlandia?
Trump ha reavivado su ambición de adquirir Groenlandia, un interés que había manifestado durante su primer mandato y que ahora considera "absolutamente necesario" para la seguridad nacional de Estados Unidos. En declaraciones recientes, el presidente ha insinuado que podría recurrir a presiones económicas o incluso militares para lograr este objetivo, argumentando que la isla es vital para la defensa y la libertad global.
El interés del mandatario se basa en la percepción de Groenlandia como un enclave geoestratégico rico en recursos naturales, incluidos minerales críticos y reservas de petróleo. Con el cambio climático que facilitaría el acceso a estos recursos, la isla se ha vuelto aún más atractiva para Estados Unidos en un contexto donde las potencias rivales como Rusia y China están aumentando su influencia en el Ártico. A pesar del rechazo de Dinamarca y Groenlandia a la propuesta de venta, Trump ha insistido en que "el pueblo de Groenlandia quiere que Estados Unidos esté allí", lo que refleja una narrativa expansionista que podría tener repercusiones significativas en la política internacional.
La ambición de recuperar el Canal de Panamá
Donald Trump ha intensificado sus declaraciones sobre el Canal de Panamá, sugiriendo que Estados Unidos debería recuperar el control de esta importante vía interoceánica. Durante una conferencia en Arizona, el presidente criticó las tarifas que Panamá impone a los barcos estadounidenses, calificándolas de "ridículas y altamente injustas". Además, insinuó que si estos costos no son modificados, exigirá que el canal sea devuelto a Estados Unidos "rápidamente y sin hacer preguntas". Sin embargo, el gobierno panameño ha rechazado firmemente estas afirmaciones, reafirmando su soberanía sobre el canal y enfatizando que "cada metro cuadrado del canal es de Panamá".
Las declaraciones de Trump han generado preocupación en Panamá, donde el presidente José Raúl Mulino ha reiterado que la soberanía del país sobre el canal es "irreversible". Aunque algunos analistas ven estos comentarios como parte de una estrategia más amplia contra la influencia de China en la región, otros advierten sobre las posibles repercusiones en las relaciones bilaterales. Hasta ahora, no ha habido ninguna oferta formal por la compra del canal, lo que subraya la falta de fundamento en las afirmaciones de Trump sobre una posible recuperación del control.