En las grises colinas de Ginebra, Mary Shelley alumbró una de las obras más perdurables de la literatura universal. Fue en aquel 1816, conocido como 'el año sin verano' por la oscuridad que las cenizas del Monte Tambora, un volcán en la isla de Sumbawa (Indonesia) volcaron sobre medio planeta, que nació 'Frankenstein', una historia que germinó además entre relatos de terror y discusiones filosóficas entre Shelley y los poetas Lord Byron y Percy Bysshe Shelley , en una villa a orillas del lago Lemán. Sin embargo, una nueva colección de diarios y cartas de la autora londinense, que verá la luz en marzo bajo el título ' Mary Shelley in Bath' , revela un trasfondo mucho más personal y doloroso tras el génesis de su novela. Esta compilación, publicada por Manderley Press, ha sido editada por Fiona Sampson , destacada poeta y biógrafa de Shelley, cuya obra previa, ' In Search of Mary Shelley ' (2018), ya había explorado las facetas más humanas y complejas de la autora. En esta nueva colección, los escritos personales de Shelley durante su estancia en la ciudad inglesa de Bath en 1816 desvelan el impacto de dos tragedias devastadoras: el suicidio de su hermana mayor, Fanny Imlay , y poco después, el de Harriet, la esposa de Percy, a quien este había abandonado junto a sus hijos pequeños para estar con la autora. Ambos episodios no sólo marcaron la vida de Mary Shelley, sino que también parecen haber impregnado las páginas de «Frankenstein» con un profundo sentido de pérdida y aislamiento. Fanny Imlay, la media hermana de Mary, fue la primera hija de Mary Wollstonecraft , la madre de Shelley y una de las figuras más prominentes en la lucha por los derechos de las mujeres. Fanny nació de la breve relación de Wollstonecraft con el diplomático estadounidense Gilbert Imlay , y aunque fue criada dentro de la familia Godwin, apellido del padre de Mary Shelley, William, un influyente filósofo, escritor y político británico, la joven siempre vivió en la periferia emocional de su entorno. En noviembre de 1816, Fanny, de 22 años, fue encontrada sin vida en un hotel de Swansea, Gales, con una nota que dejaba entrever una tristeza insoportable. Su muerte, aparentemente inexplicable, ha sido objeto de especulación durante siglos, y ahora, gracias a las investigaciones de Sampson, se empiezan a desvelar nuevas conexiones entre aquel suceso y el mundo emocional de Shelley. Fiona Sampson, en su introducción a 'Mary Shelley in Bath', describe cómo los diarios de la joven parecen haber sido redactados de forma cuidadosa, casi deliberada, para ofrecer coartadas. Una entrada particular menciona un paseo con Percy a la zona de South Parade para participar en una clase de dibujo el mismo día que Fanny habría llegado a Bath. Este detalle, que Sampson considera inusual, ya que las referencias a actividades tan específicas y aparentemente triviales eran poco habituales en el diario, sugiere que Mary era consciente de las tensiones que rodeaban a su hermana, posiblemente también relacionadas con su relación con Percy Shelley, por quien algunas investigaciones sugieren que pudo haber sentido un afecto no correspondido, lo que, combinado con su aislamiento social, podría haber precipitado su trágico final. Cabe recordar que Percy y Mary estaban viviendo juntos fuera del matrimonio, algo escandaloso para la época, y Fanny, como parte de esta dinámica, podría haber sentido un conflicto interno entre la lealtad hacia su hermana, la atracción por Percy y el rechazo de este, y las presiones sociales. La editora Rebeka Russell , al frente de Manderley Press, destaca el objetivo de esta colección: devolver a Mary Shelley su lugar como una escritora con una vida extraordinaria, cuya obra fue moldeada tanto por sus experiencias personales como por su inigualable genio creativo. «Mary ha sido eclipsada durante demasiado tiempo por su monstruo, por su marido que, al parecer, no fue tan admirable como se le ha pintado a lo largo de la historia, e incluso por la sombra inmensa de su madre, Mary Wollstonecraft , escritora, filósofa y ampliamente reconocida como una de las primeras feministas de la historia moderna. Esta colección muestra a una joven mujer cargando con responsabilidades enormes como hermana, amante, madre y creadora, mientras era juzgada además como 'la otra'». Los escritos de Shelley recopilados en 'Mary Shelley in Bath' ofrecen así una ventana al tumulto emocional que caracterizó una época de su vida. Por un lado, los ecos de su madre, quien murió pocos días después de dar a luz a su hija, resonaban en su visión de la maternidad como una responsabilidad cargada de riesgos y sacrificios. Por otro, las tragedias personales, como la pérdida de su hijo también a los 12 días de nacido, el suicidio de Harriet Westbrook , hundida en una depresión tras el abandono de su marido, y, sobre todo, el de Fanny, se entretejieron en el núcleo temático de Frankenstein. El monstruo de Shelley, con su desgarrador grito de soledad y desesperación, «estoy solo y miserable, sólo alguien tan horrible como yo podría amarme», parece reflejar no sólo la angustia de Fanny, sino también las propias luchas internas de Mary, quien fue señalada como responsable indirecta de que también Harriet se quitara la vida en el lago del londinense Hyde Park. Sampson argumenta que la narrativa de Frankenstein no puede comprenderse únicamente como una advertencia sobre los peligros de la ciencia, sino también como una exploración del aislamiento, el rechazo y las responsabilidades asociadas con la creación, el nacimiento y la muerte. Y Shelley, como hija de Wollstonecraft, escribió desde una posición única, como heredera de las luchas de su madre por los derechos de las mujeres y transformando sus propios desafíos en una obra maestra literaria. La colección, que arroja nueva luz sobre la vida de Mary Shelley, también contribuye a renovar el entendimiento de su legado. Con el lanzamiento de esta edición, acompañada por nuevos análisis de su obra y la próxima adaptación cinematográfica de 'Frankenstein' dirigida por Guillermo del Toro , la figura de la autora fallecida en 1851, a los 53 años, en Londres emerge, no como una sombra detrás de su famosos monstruo o de los hombres de su vida, sino como una creadora formidable, cuyo genio fue forjado en el crisol del amor, la pérdida, el señalamiento social y la resiliencia, y cuya narrativa personal era tan compleja y poderosa como sus ficciones.