Trespatas y Olivia son dos amigos inseparables. El primero es un perro. Y ella es una niña de pelo rizado que sólo se separa de su mascota cuando tiene que ir al cole, algo que a su mascota no le gusta demasiado porque se queda solo. Ambos son los protagonistas de ' Trespatas y Olivia . Millones de posibilidades', editado por Altafonte. Tras este cuento están Amparo Fontanet , ilustradora, y Conchita , cantante e ilustradora. El destino unió a estas dos profesionales cuyo resultado es un cuento ilustrado de 50 páginas que se acompaña de ocho canciones creadas e interpretadas por la artista. Juntas han creado una historia que invita a los niños a imaginar, explorar y encontrar soluciones dentro de sí mismos. Y enseña a los lectores el valor de la amistad y la creatividad como herramientas para enfrentar los desafíos de la vida. -¿Cómo surge la idea del cuento? Amparo Fontanet (AF) : Yo estaba escribiendo una novela infantil para niños de 8 a 12 años con los personajes de Trespatas y Olivia (en ese momento el perro de Trespatas se llamaba Felipe). Conchita y yo nos conocimos en clases de claqué. Creo que el amor por los animales, y los perros en particular, nos conectó desde el principio. Cuando Conchita conoció los personajes me sugirió colaborar. Ella quería hacer un disco infantil. Todo encajó como piezas de un rompecabezas. Dimos muchas vueltas a cómo colaborar. Finalmente optamos por un álbum ilustrado con canciones. No son temas que cuentan el cuento, son canciones que dan vida a los personajes más allá del él. No son para ser escuchadas mientras lees la historia, son para crear el universo de Trespatas y Olivia. Conchita : Eso es, coincidimos en unas clases de chaqué. Amparo solía dibujar a Trespatas y Olivia y tenía en mente hacer un cuento o una novela infantil con los personajes. Yo llevaba tiempo pensando en hacer algo de música dirigida a los niños y creímos que sería muy buena idea hacer un cuento acompañado de canciones. Es divertido porque puedes escuchar las canciones sin leer el cuento y leer el cuento sin escuchar las canciones, pero es precioso cuando conoces los dos mundos porque se van entrelazando y aportan detalles de los personajes que no conoces si no haces las dos cosas. -Conchita, cuéntame la historia que hay detrás de cada uno de los temas, cómo te inspiraste… Conchita: Ha sido fácil inspirarme porque en este caso tenía una historia sobre la que basarme. Trespatas y Olivia son dos personajes a los que les he ido cogiendo mucho cariño y entendiendo su personalidad, porque la tienen, y te acaban enganchando. Amparo me iba mandando el texto y yo iba haciendo las canciones sobre la marcha. En un principio iban a ser cinco y han terminado por ser ocho. Son canciones divertidas, pegadizas, y a veces un poco caóticas. Tengo un niño de seis años así que estoy muy metida en su universo de imaginación y sus ideas locas… Me ha encantado hacer estos temas. Creo que hacen falta más canciones dirigidas a los niños y con una producción cuidada. -La música es vital en los niños. ¿Qué buscabas con estas canciones? ¿Qué querías transmitir? Conchita: Creo que transmiten mucha alegría. Pero también son canciones para aprender desde pequeño cosas necesarias para que tu vida sea más sencilla y bonita. Por ejemplo: haciendo siempre lo mismo, seguramente el resultado va a ser igual y a veces no somos capaces de mirar más allá. Cuando las cosas salen mal, no es el fin del camino, sólo es el fin de ese camino. -Amparo, idear a Olivia y a Trespatas no habrá sido fácil ¿no? AF : El nombre original de Trespatas es Felipe, inspirado en uno de mis perros. Una mezcla de Teckel con Fox Terrier. A los 10 años perdió la pata delantera. Me sorprendió cómo pasó de estar deprimido durante meses a poco a poco adquirir mucha fuerza y equilibrio en su pata delantera, tanto que un día pudo hacer pis levantando la trasera y sosteniéndose sobre dos patas. Ese fue el día en el que su actitud cambió y se convirtió en el perro que era antes pero con más carácter y alegría. Pensé que era una buena enseñanza para adultos: el poder de la actitud, enfocarte en lo que tienes y buscar soluciones. La certeza de que hay miles de maneras de hacer que las cosas salgan bien. Luego se me ocurrió lo bonito que sería una niña creciendo junto a la experiencia de Felipe. Y así surgieron Felipe y Olivia. En mis historias nunca se hacía énfasis en el hecho de que le faltaba una pata, eso era lo de menos. A Trespatas no le faltaba un pata, es un perro de tres patas. Es tan obvio como su nombre que, por cierto, fue idea de Conchita. Yo al principio me resistía porque me parecía que hacía hincapié en lo que yo no quería. Luego me di cuenta de que era una idea genial. La perfección está en la perfecta combinación de imperfecciones, así que Trespatas era el nombre perfecto. -Y a medida que una escribía alguna estrofa, la otra dibujaba algún que otro boceto… ¿Os lo contabais? ¿Os dábais 'feedback'? AF : Escribí una primera versión del cuento y, a partir de ahí, Conchita empezó a escribir canciones. Después hubo varias versiones de la historia porque las dos queríamos que tuviera un fondo muy claro y útil para padres y niños. Las dos estábamos muy sincronizadas con la idea. Yo le mandaba bocetos y nuevas versiones y ella me iba mandando canciones. Ha sido una experiencia muy ilusionante porque la música de Conchita, sus letras y forma de cantar infundía vida a los personajes y llenaba de magia su mundo. Conchita : Sí, yo he ido escribiendo sobre el cuento, pero el cuento ha cambiado muchas veces desde que empezamos con este proyecto así que he ido sumando más canciones. Nos hemos ido mandando todo lo que hacíamos. Ha sido muy dinámico, divertido e ilusionante ver como todo el proyecto iba tomando forma. Como Amparo vive en Miami, íbamos con el horario al revés: yo le mandaba canciones sabiendo que no iba a escucharlas hasta horas después. Y al revés igual: me he despertado muchos días con dibujos nuevos o con un cambio en el cuento. La verdad es que eso me alegraba el día. -Dedicáis el libro a vuestros perros. ¿Qué implica que los niños crezcan con ellos? AF : Es una responsabilidad importante. La familia entera tiene que ser consciente de ello. Es una oportunidad de aprendizaje para los niños, disciplina, compasión, amistad. Lo que más me llama la atención de tener un perro es la comunicación no verbal que estableces con ellos. Es una conexión genuina y limpia, muy valiosa en la vida de un niño (y adultos) porque les puede abrir los sentidos y el corazón a una dinámica de relación que influye positivamente en su desarrollo y trato con los demás. Conchita : Es curioso porque, cuando nos conocimos, Amparo tenía un perro de tres patas, Felipe, y el mío, Tango, tenía doce años y una pata que no podía mover e iba en silla de ruedas. Dudé mucho en hacerme con una silla de ruedas para perros pero al segundo de probarla estaba corriendo detrás de una pelota. Creo que Tango nunca lo pasó mal por tenerla, ¡corría a una velocidad increíble! Y Felipe, Trespatas, se buscó las mañas para poder hacer exactamente lo mismo que hacía cuando tenía cuatro patas. Amparo me contó una vez que lo que más le costaba era hacer pis, hasta que se dio cuenta que podía apoyarse en un árbol para no perder el equilibrio. La realidad es que en el cuento no se habla ni se menciona este tema. Trespatas se llama así y punto, es un perro feliz, valiente, con mucha iniciativa y con problemas de perro que soluciona con su propia creatividad. Creo que eso es algo muy importante a aprender cuando eres pequeño. Muchos de tus problemas se pueden resolver con tu propia creatividad. Crecer con un perro para mí ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado, y además aprendí a no ser egoísta en mi adolescencia, a tener que volverme a veces de un sitio porque mi perro llevaba mucho tiempo solo y necesitaba un paseo y compañía. He jugado mucho de pequeña con mi perro y siempre he tenido una relación preciosa con ellos. -A Trespatas no le gusta estar solo. Queréis enseñar a los niños que cuando las cosas no salen tal y como ellos esperan, siempre pueden 'recalcular ruta', idear soluciones, pensar… Esto tiene que ver mucho con la frustración, ¿no?, que tanto cuesta a niños y mayores. AF : Sí. Lo de «recalcular ruta» está muy bien expresado. No sólo la frustración. También el miedo a no poder solucionar solos los problemas, a encontrarse en situaciones retadores. Yo soy especialmente sensible al miedo porque no todos los niños crecen en entornos emocionalmente seguros. No porque sus padres tengan malas intenciones sino porque hay veces que las preocupaciones de adultos no les permite entregarse completamente a sus hijos. Estas situaciones son comunes y pueden causar una sensación muy desagradable de desprotección. Dar a los niños el poder de encontrar recursos por su cuenta me parece muy importante. Y fomentar una mentalidad creativa para buscar soluciones y formas de hacer las cosas. Conchita : Es algo que seguimos aprendiendo los adultos. Parar, respirar, buscar soluciones, pensar que si no nos ha funcionado de una manera tal vez pueda funcionar de otra… Recalcular la ruta, sí. -'Millones de posibilidades es sólo el primer libro, ¿no? Intuyo que habrá Olivia y Trespatas para rato. AF : Esa es la idea y creo que ya es inevitable. Conchita : ¡Eso esperamos! Parece que a la gente le está gustando y estamos felices. ¡Ojalá muchos más!
