Lecciones de seguridad informática tras un robo de gallos de pelea
Un clan familiar pucelano denunció a través de las redes sociales que le habían robado unos gallos de pelea y lanzan amenazas a los ladrones.
De cualquier situación podemos extraer lecciones muy útiles para proteger nuestra privacidad, tan difícil de proteger hoy en día por culpa de las redes sociales. Vamos analizar la seguridad informática tras un robo de gallos de pelea.
Recientemente, un clan gitano muy conocido en Valladolid difundió una serie de vídeos en distintas redes sociales después de ser objeto de un robo de unos gallos de pelea que criaban amenazando a los ladrones. Como no podía ser de otro modo, los comentarios no tardaron en hacerse virales, principalmente por el abanico de insultos de los miembros de la familia. Hasta ahí todo normal si no fuera que podríamos aprender una gran lección acerca de los datos personales y los posibles fallos de ciberseguridad.
Cuando escribimos a través de aplicaciones como WhatsApp o iMessage no reparamos en que estas son herramientas de comunicación de cuyos mensajes no tenemos control alguno.
Los profesionales de Panda Security nos aconsejan evitar a toda costa difundir información personal y sensible, tales como números de teléfono, documentos de identidad o contraseñas y tener presente que, en caso de sustracción o robo, un cibercriminal puede obtener datos personales de primer nivel como para provocar un ciberataque.
Pero, al margen de ello, si nosotros somos los objetivos de un robo o una polémica a raíz de un problema personal lo menos recomendable es amenazar a alguien a través de mensajes. ¿Por qué? Piensa: puede que no sepas en realidad quién está detrás, a quién le puede llegar esas palabras. En muchas ocasiones, desde el mismo segundo en el que le damos al botón de enviar ya dejamos de tener control. Piensa en la cantidad de veces que hemos visto cómo un comentario fuera de tono se hacía viral. Demasiadas, ¿verdad? Pues en ese momento puede volverse en tu contra, situándote, incluso, en una posición más vulnerable y ser objetos de burlas, comentarios jocosos o amenazas por parte de muchos usuarios. No te gustaría estar en su piel. Lo más aconsejable es ir a denunciar a la policía.
Nunca menciones a terceros con capacidad para delinquir
Es muy tentador dejarse llevar por la ira, pero no es buena compañera de viaje utilizar las redes sociales y las aplicaciones de mensajería para intimidar a alguien, máxime si son potenciales criminales. Puede ser peligroso porque este tipo de personas, por lo general, no les gustan que les mencionen públicamente y puede ser peor el remedio que la enfermedad. Pero, además, dependiendo de tus comentarios puedes dejar pistas y un rastro que, luego, te comprometería. Recomendamos desde Panda evitar a toda costa mencionar a terceros que sean desconocidos a través de un correo electrónico o mensajes de texto porque puede exponer datos sensibles en canales no seguros.
La conclusión que sacamos después de este caso, aparentemente divertido, es que, si tienes trapos sucios, es mejor no airearlos en WhatsApp o en foros de internet. Al igual que con las contraseñas, la información privada debe mantenerse fuera del alcance de terceros, sobre todo si es delicada. Lo que comienza como un problema personal puede acabar en un espectáculo global, con consecuencias que ni siquiera habías imaginado.