“Burro grande, ande o no ande”, dice un conocido refrán. En nuestro caso, ‘burra’, uno de los motes que se le ponen a una moto. Y es que la gran cilindrada es adictiva, no solo por términos de potencia pura, sino y especialmente, porque
la cilindrada va ligada directamente al par motor, la fuerza animal de una moto desde pocas revoluciones.
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