El presidente del Gobierno se entrevistó ayer con Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, quien estuvo en Madrid para consultas relacionadas con la exigencia de Donald Trump de que los miembros eleven del dos al cinco por ciento de su PIB el gasto militar. La incomodidad que esta exigencia ha creado en el Gobierno, después de que el propio Trump se refiriera a España como «un país BRIC», fue evidente toda vez que Pedro Sánchez no compareció con Rutte tras la reunión, como sí hizo éste con el primer ministro portugués, Luis Montenegro, a quien vio por la mañana. Resulta reveladora la entrevista que ofrecemos con el exportavoz de Defensa del PSOE Jesús Cuadrado, quien advierte de que, si no se eleva la aportación, el nivel de acceso a los mandos, estrategias, doctrinas e inteligencia de la OTAN se vería limitado. España, pese a su baja aportación, tiene amplio acceso a estas áreas, lo que repercute en una elevada interoperabilidad de nuestras fuerzas armadas con las de Estados Unidos.