Pandilleros narran cómo es la vida en megacárcel de El Salvador
Tecoluca. Marvin Medrano, conocido como el ‘Sayco’, lleva tatuadas en su torso las siglas “MS” de la Mara Salvatrucha. Cumple una condena de 100 años en la megacárcel para pandilleros construida hace dos años en El Salvador por el gobierno de Nayib Bukele. Es consciente de que nunca saldrá de ahí.
En una sala contigua a las celdas, bajo vigilancia policial, Medrano, de 41 años, declaró a un equipo de periodistas de esta agencia que lamenta su pasado violento. “Estamos en un penal de máxima seguridad, donde sabemos que no hay salida para nosotros”, dijo el ‘Sayco’, conocido en la MS-13, quien fue condenado por dos asesinatos.
Emblema de la “guerra” contra las pandillas, Bukele inauguró el 31 de enero de 2023 el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Esta prisión, considerada la más grande de América Latina, está ubicada en una zona deshabitada en Tecoluca, a 75 km al sureste de San Salvador.
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Rodeada de altos muros de concreto, la cárcel tiene capacidad para 40.000 detenidos. Actualmente alberga a 15.000 reclusos de las pandillas MS-13 y Barrio 18, según Belarmino García, director del Cecot.
Los detenidos fueron arrestados bajo un régimen de excepción impuesto por Bukele tras una ola de violencia que dejó 87 asesinatos entre el 25 y el 27 de marzo de 2022. Desde entonces, más de 83.000 personas fueron capturadas. Bukele reconoce que unas 8.000 fueron liberadas por ser inocentes. Este régimen ha sido duramente criticado por organismos humanitarios porque permite arrestos sin orden judicial y limita derechos del debido proceso.
‘Crazy Criminal’
Las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 aterrorizaron a El Salvador desde los años 1990. También operan en Guatemala y Honduras.
Medrano relató que inició como pandillero en Estados Unidos entre los 11 y 12 años. En su espalda lleva tatuadas las letras “CCS” (Crazy Criminals Salvatruchos). Fue llevado a Estados Unidos por su familia cuando tenía tres años. Permaneció allí hasta 2001, cuando regresó a El Salvador. “Me vine huyendo, porque quise quitarle la vida a un ser humano allá”, confesó.
En El Salvador, el ‘Sayco’ formó una célula de la MS-13 en el Puerto La Libertad, al suroeste del país. Ahora dice lamentar sus “malas decisiones”. Aseguró que no desea que su hijo, cuya edad no reveló, siga sus pasos.
En el Cecot, los pandilleros viven bajo estricta vigilancia las 24 horas. No tienen derecho a recibir visitas familiares. “Uno ha sufrido. He perdido a mi familia. ¡Qué no hemos perdido nosotros en la cárcel!”, expresó el ‘Sayco’.
Sin posibilidad de rehabilitación
El Cecot se extiende en un área de 166 hectáreas, de las cuales 23 están ocupadas por ocho pabellones. Cada pabellón tiene 32 celdas con gruesos barrotes de acero. Unos 1.000 agentes penitenciarios, 600 soldados y 250 policías antimotines vigilan el recinto.
“Estos sujetos son psicópatas que muy difícilmente se pueden rehabilitar y por eso están aquí, una prisión de máxima seguridad de la que no saldrán”, explicó García durante un recorrido con periodistas.
En las celdas, los reos visten camisas y pantaloncillos blancos. Los miembros de la MS-13 y Barrio 18, enemigos a muerte, están mezclados. García ordenó a un grupo de reos quitarse las camisas para mostrar tatuajes de mujeres, lápidas, calaveras y cruces.
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Los prisioneros solo salen de sus celdas para audiencias judiciales, realizadas virtualmente en una de las seis salas del penal, o para hacer ejercicio por media hora en un pasillo del pabellón. Se duchan con agua de una pila dentro de las celdas y beben agua de un barril de plástico.
Duermen en catres de acero inoxidable sin colchón, con una delgada sábana blanca. Sus comidas consisten en frijoles o pasta. El gobierno prohíbe servir carne.
“Todo fue en vano lo que algún día hicimos. Las condiciones en las que nos encontramos... como pandilla, jamás imaginamos esto. Pero es la realidad”, concluyó el ‘Sayco’.