Con una licenciatura, un máster, varios cursos... Begoña Bello era «la hija ideal de todo padre». Probó de lo suyo, pero no le convenció y «por decisión propia» se lanzó a convertir en su trabajo «lo que era un hobby» familiar de producción de miel, a la vez que recuperó los castaños de sus antepasados. «La mejor decisión», asegura ahora Begoña, de 38 años y después de un decenio como apicultura y castañicultora en Corullón, El Bierzo. Contó con el «apoyo de mis padres desde el primer día», algo «muy importante», aunque, reconoce, «gente alrededor me llamase loca por volver a un pueblo de 200 habitantes». «No me arrepiento», subraya convencida, y eso que, como rememora ella, que es «muy...
Ver Más