El Atlético de Madrid logró en
Salzburgo el pase a los octavos de final de la Champions. Goleando, que nunca es fácil en Europa y menos a domicilio. “Cuando empezó este torneo nuevo teníamos la ilusión de estar entre los ocho primeros”, dijo
Simeone en la previa. Pues dicho y hecho. Sin ninguna confianza pese a la evidente superioridad ante un rival ya eliminado. Con la actitud que se le pide a este equipo. Y con hambre. Así, todo es más fácil.
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