Cultura inclusiva: una deuda con la diversidad
La cultura es un pilar fundamental de cualquier sociedad: un espacio de encuentro, aprendizaje y transformación. Sin embargo, para miles de niños y niñas con autismo, sigue siendo un ámbito inaccesible. A pesar de los discursos sobre diversidad e inclusión, este derecho continúa negado a quienes más podrían beneficiarse de él. Las barreras son múltiples, desde entornos sensorialmente inadecuados hasta la falta de personal capacitado en accesibilidad. Pero más allá de los edificios o programas, el problema radica en el mensaje que transmitimos como sociedad: cuando alguien queda fuera de la cultura, le decimos que no hay un lugar para ellos en nuestra historia compartida. Desde EMPOWER trabajamos para cambiar esta realidad. En los últimos años, hemos establecido alianzas con museos, centros de arte y jardines botánicos que han decidido apostar por la inclusión. Estas colaboraciones han permitido implementar modelos innovadores que adaptan tanto los espacios como las actividades a las necesidades de las personas con autismo. Desde talleres sensoriales hasta soportes de accesibilidad, nuestras iniciativas han posibilitado más de 500 actividades inclusivas, beneficiando amiles de personas. El impacto no se limita a transformar los espacios culturales, sino que inspira a otras instituciones a replicar estas buenas prácticas. La inclusión, cuando se aborda con compromiso, tiene un efecto multiplicador que enriquece a toda la sociedad .Para que este cambio sea sostenible, necesitamos más actores comprometidos. Instituciones públicas, empresas privadas y la sociedad civil deben entender que la cultura inclusiva no es un gasto, sino una inversión social. Cada espacio adaptado abre oportunidades para que niños y niñas, independientemente de sus condiciones, se sientan parte de algo más grande .No hablamos de cumplir una obligación moral, sino de construir una sociedad más fuerte y equitativa. Abrir las puertas de la cultura transforma vidas y crea un futuro más humano, donde cada historia importa. La inclusión no es caridad, es un derecho.