Desaceleración económica en Perú preocupa a las empresas en 2025
El “Informe Global de Riesgos 2025”, elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF) con el apoyo de la firma Marsh McLennan, recoge las perspectivas de más de 9.000 expertos y líderes globales. En el caso de Perú, el principal riesgo identificado es la desaceleración económica, a pesar de que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) proyecta un crecimiento superior al 3% para este año.
“El país tiene una economía pequeña, dependiente y vulnerable. Si la economía global estornuda, al Perú le da un resfriado”, explicó a La República el economista e investigador Armando Mendoza.
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De acuerdo con el experto, es sabido que un crecimiento a ese nivel no se siente a niveles de ingresos, los estándares o calidad de vida de la población. Además, el panorama geopolítico y económico se ha vuelto más complejo con el inicio del segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos.
A nivel interno, persisten la inestabilidad política, las denuncias por corrupción, el avance de las economías ilegales y el incremento de la criminalidad, factores que se agravan en un contexto de año preelectoral.
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Actividades económicas ilícitas
En esa misma línea, otro riesgo que preocupa a los empresarios es el crimen y actividades económicas ilícitas. De acuerdo con Gerardo Herrera, director ejecutivo de Marsh Advisory para Latinoamérica, éstas han contaminado la estructura económica y social.
“Perú enfrenta una serie de desafíos que han ido evolucionando con el tiempo. Hoy surge la pregunta: ¿fueron adecuadas las acciones del Estado y de la sociedad frente a las señales de alerta?”, cuestionó Herrera.
Según Mendoza, la responsabilidad de haber debilitado el Estado y deteriorado la gobernabilidad es compartida por todos. Asimismo, afirmó que el crimen organizado ya se ha infiltrado en el Estado, ocupando espacios clave y generando un impacto evidente en sectores como la minería.
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Línea temporal de riesgos
El mismo informe detalló que para Perú en 2021, las principales preocupaciones de los empresarios se centraron en el fracaso del gobierno nacional, la inestabilidad social profunda y la crisis del Estado, además de riesgos ambientales como las catástrofes naturales y la migración involuntaria a gran escala.
En 2022, el temor al colapso del Estado continuó, junto con el estancamiento económico prolongado y la crisis de empleo y medios de subsistencia. Además, se destacó la desigualdad digital y el daño ambiental causado por el hombre.
Al año siguiente, en 2023, los riesgos siguieron una tendencia similar, con el colapso del Estado como una de las principales preocupaciones, además de la inflación rápida y la proliferación de actividades económicas ilícitas.
Para 2024, el foco se trasladó hacia la desaceleración económica, los fenómenos meteorológicos extremos y la fragilidad del Estado y el fracaso del servicio público. Asimismo, se señaló la erosión de la cohesión social y el auge de actividades económicas ilícitas.
Finalmente, para este año la desaceleración económica continúa como el principal riesgo, acompañada de un aumento de la violencia intraestatal, el crimen y la pobreza, junto con la creciente polarización social.
Despiece
A largo plazo (10 años), cuatro de los cinco riesgos que preocupan a las empresas están relacionados a los cambios climáticos: fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de ecosistemas, cambios críticos en los ecosistemas, y escasez de recursos naturales.
Gerardo Herrera señaló que, cada vez que ocurre un evento climático extremo, enfrentan pérdidas un 77% mayores en promedio en comparación a años anteriores.