Granada se vuelca este fin de semana con el patrón de la ciudad, San Cecilio , en una doble conmemoración que aúna tradición, fiesta y religiosidad y que tendrá como epicentro el Sacromonte, barrio que está declarado Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1984. San Cecilio, discípulo del apóstol Santiago , fue el primer obispo de Ilíberis, nombre que recibió Granada en la época romana. Fue perseguido en tiempos de Nerón y sus restos fueron encontrados en 1594 en unos hornos romanos datados en el siglo I después de Cristo, en una colina, Valparaíso, que está justo enfrente de la que ahora muestra orgullosa la Alhambra y el Generalife . Para honrar ese hallazgo, se mandó construir en el lugar una abadía, llamada la del Sacromonte (que significa monte sagrado), que es una de las joyas arquitectónicas de Granada y que alberga un legado artístico de incalculable valor. También se conservan junto a ella restos de catacumbas que fueron utilizadas por cristianos para celebrar misas clandestinas en tiempos de los musulmanes. En la iglesia de la abadía del Sacromonte se oficia cada 1 de febrero una misa en honor a San Cecilio que tiene unas características peculiares porque se rige por el rito mozárabe o hispano , el de la iglesia española en sus primeros diez siglos de historia. El que usaron primero los hispano-romanos, después los visigodos y más tarde los cristianos que vivieron bajo la dominación musulmana. Esa misa estará presidida por el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo , se celebrará a las cinco de la tarde y estará rodeada de solemnidad, con cantos típicos y una liturgia que se mantiene desde la etapa musulmana, cuando la cristiandad estaba, como mucho, tolerada. Es la parte más religiosa de una conmemoración que el domingo 2 de febrero tendrá su parte más lúdica y festiva. Porque es ese día cuando tiene lugar la romería de San Cecilio, que lleva a miles de personas –sobre todo gente local, aunque algún que otro turista también va- al Sacromonte. El ayuntamiento suele repartir habas y salaíllas , unas tortas de pan planas y cubiertas de aceite y sal. Es el menú típico de un día que comienza a las doce con una misa y luego se transforma en una jornada campestre. La romería se viene celebrando desde 1599 , cuando hubo una epidemia de peste que hizo estragos y se sacó al santo en procesión para que cuidara de los suyos. La procesión se sigue haciendo y eso le sigue confiriendo a la festividad un aire religioso, que con el tiempo se ha ido mezclando con la tradición. El mejor ejemplo es que en la romería se baila La Reja , danza típica granadina que ha sobrevivido a duras penas al empuje de otros palos, especialmente las sevillanas, aunque la verdad es que ahora sólo se reserva para la romería y para las fiestas de la Cruz y el Corpus.