Gana la lotería jugando al número de la matrícula de un coche con el que había discutido
Otra persona usó los números de una partida de golf más los números de los carritos y también ganó
Por qué los humanos y ChatGPT compartimos tantas ideas erróneas sobre el azar y la lotería de Navidad
Imagínate volviendo a casa. En coche. Y, de repente, encontrarte por la carretera con alguien poco educado. Sin ánimo de hacerte más liviano tu regreso. En esas que apuntas su número de matrícula, por si acaso. Para una próxima vez, quién sabe. Y que, por una de cosas realmente inexplicables, acabas jugando a la lotería con el número de matrícula de ese indeseable… y ganas.
No es el guion de ninguna película. Ni una leyenda. Ha pasado en Estados Unidos, en Maryland. Y la cantidad de dinero que ganó la persona cabreada, cuyo disgusto seguramente duró pocos minutos, fue de 500 mil dólares (485 mil euros aproximadamente).
Las razones para elegir un número
Lo cierto es que son muchas las razones por las que alguien elige un número u otro para jugar al azar. Uno de los últimos ejemplos que hemos vivido en España ha sido el del número 29.104, cifras que coinciden con la fecha en la que la DANA causó 219 muertes en la Comunidad Valenciana. Un número que, en todo caso, no salió premiado.
Las razones que llevan a uno a elegir un número u otro en Estados Unidos o en España no parecen ser muy diferentes. Tampoco lo que uno quiere o desea hacer nada más enterarse de que ha sido agraciado con un premio. Y es que el estadounidense que ganó los mencionados 500 mil dólares ha asegurado que tratará de “pagar agujeros” con lo que ha ganado.
Esta historia curiosa respecto al azar recuerda en parte a otra ocurrida hace unos días. Y también en Estados Unidos. Un ciudadano aficionado al golf ganó 150 mil dólares después de usar los números que uno de sus amigos había obtenido en la partida, añadiendo además los números de los carritos que habían usado aquel día. Idea un tanto rocambolesca… pero que funcionó.
Mientras que las loterías y el azar sigan haciendo de las suyas, seguro que se siguen conociendo historias tan curiosas como las de estos dos jugadores. Eso sí, en el caso del aficionado al golf, en vez de pagar facturas o regalarse un viaje, el ciudadano estadounidense decidió ser consecuente con su gran pasión… y optó por comprarse unos nuevos palos de golf.