Una marcha inolvidable que marca un quiebre
“Yo nunca había ido una marcha, pero después del discurso del presidente dije ¡Basta! y vine”. Dice Flor --14 años-- mirando la cabecera de la marcha de 14 metros de ancho. Son 50 quienes sostienen la bandera con los dedos apretados, dedos arrugados de uñas rojas y negras.
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