Los hábitos cotidianos que están afectando a tu rendimiento sin que te des cuenta
Sentirse agotado se ha convertido en algo habitual para muchas personas, llevando a buscar cualquier tipo de impulso energético que ayude a sobrellevar el día. Pero, además de buscar formas de aumentar la energía, también es fundamental identificar los hábitos cotidianos que nos drenan sin que nos demos cuenta.
Imagina tu energía como agua en un vaso con un agujero en el fondo. Para mantenerlo lleno, puedes añadir más agua o hacer el agujero más pequeño. Según Tyson Lippe, psiquiatra en Heading Health en Austin, Texas, es crucial establecer un equilibrio entre ambos aspectos para evitar la fatiga.
Por ello, además de mantener hábitos saludables como una buena alimentación, ejercicio regular y un sueño adecuado, es importante eliminar los factores que nos restan energía. Estos son algunos de ellos:
- Ver series o películas emocionalmente intensas: El contenido emocionalmente cargado puede causar agotamiento mental debido a la identificación con los personajes. En exceso, estas emociones generan un estado de sobreestimulación, lo que impacta la capacidad de concentración y los niveles de energía.
- Pasar mucho tiempo sin comer: Nuestro cuerpo necesita una fuente constante de energía y los carbohidratos son su principal combustible. Pasar más de cinco horas sin comer puede provocar una caída en los niveles de azúcar en la sangre, lo que lleva a la fatiga y los antojos de alimentos poco saludables.
- Trabajar en un espacio desordenado: Un entorno caótico puede aumentar la distracción y prolongar la realización de tareas, lo que consume más energía mental de la necesaria. Por ello, es importante dedicar de 10 a 15 minutos al día a organizar el espacio de trabajo.
- Planificar en exceso: Si bien planificar ayuda a mantener el orden, un exceso de planificación puede aumentar la ansiedad y reducir la flexibilidad para afrontar imprevistos. Para solucionarlo, se deben priorizar las tareas esenciales y dejar espacio para el descanso y actividades espontáneas.
- Tener demasiadas pestañas abiertas en el ordenador: Pasar de una pestaña a otra puede dar la falsa sensación de productividad, cuando en realidad está sobrecargando tu capacidad de concentración.
- Recibir llamadas inesperadas: Las llamadas pueden interrumpir el flujo de trabajo y tomar más tiempo en recuperar la concentración tras finalizarlas.
- Mala postura: Una postura incorrecta puede causar tensión muscular y fatiga.
- Respiración superficial: Respirar de forma superficial reduce la oxigenación del cuerpo y puede aumentar el estrés.
- Acumulación de pequeñas tareas: Las pequeñas tareas pendientes pueden generar una sensación de agobio. Si una tarea toma menos de cinco minutos, hazla de inmediato o anótala en una lista de pendientes.
- Exposición a luces brillantes antes de dormir: Las luces intensas inhiben la producción de melatonina, afectando al ciclo del sueño. Reduce la intensidad de la iluminación en la noche y usa filtros de luz azul en pantallas electrónicas.