Un rastreo por la hemeroteca personal de Álvaro Morata (Madrid, 32 años) deja un reguero de titulares que navegan entre la desazón, el disgusto o la turbación. Cualquier antónimo de serenidad, tranquilidad o sosiego. «Soy más feliz fuera de España», «Es probable que deje la selección», «Tuve ataques de pánico». En el delantero se plasma el mal de nuestros días, los problemas de salud mental. Y no es de ahora. En una magnífica entrevista en ABC, dijo en 2018: «Necesitaba ayuda, no quería jugar ni entrenar». Solo en la selección española, reconfortado por un liderazgo sin tacha, parece haber encontrado los momentos de felicidad que se le niegan en los clubes por los que ha pasado. Tiene 32 años y...
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