Plan Maestro 2025: los do’s & don’ts para un adecuado cumplimiento fiscal
El Plan Maestro de Fiscalización y Recaudación se presentó por primera vez en 2023 y, en ese momento, significó un parteaguas en nuestro país por las estrategias de fiscalización que incluía, las cuales ubicaron a nuestro país como líder en el uso de la tecnología para mitigar y evitar la evasión fiscal, así como incrementar la recaudación tributaria.
Dos años después, el Plan Maestro, en su edición 2025, consolida la visión y la perspectiva del actual gobierno para continuar promoviendo una cultura cívica contributiva, así como fortalecer las finanzas públicas con una meta de recaudación de 5.3 billones de pesos¹. Esto no solo representa un paso fundamental para la transformación fiscal en México, sino también, deja de manifiesto que el enfoque hacia la digitalización de servicios en nuestro país continuará y, con ello, la posibilidad de enfrentar, con mayor frecuencia, litigios en materia tributaria.
Tres prácticas clave que las empresas no pueden permitirse.
Considerando esto, el Plan Maestro, en conjunto con las diversas reglas misceláneas y decretos emitidos por el Poder Ejecutivo, así como la colaboración interinstitucional para el intercambio de información con la UIF, el IMSS y la STPS, para los grandes contribuyentes es prioritario evitar este tipo de prácticas:
1. Realizar de manera manual el análisis de la información para elaborar y presentar las diversas declaraciones y los reportes solicitados por la autoridad.
2. Confiar en que la trazabilidad de su información es correcta cuando solo se realiza con la intervención del ser humano. Esto, sin duda, tiene un alto porcentaje de presentar errores.
3. Postergar la capacitación de sus equipos de Finanzas e Impuestos en el uso de herramientas tecnológicas para el cruce de información.
¿Cómo seguir avanzando a la misma velocidad que esta tendencia de vigilancia fiscal?
Con la integración de la Inteligencia Artificial (IA, por sus siglas en inglés), los procesos de fiscalización se vuelven aún más robustos y se traducen en un porcentaje de riesgo mayor para las empresas y los contribuyentes, sobre todo si gestionan su información de manera manual. Es como si dos corredores que quieren participar en un maratón y uno inicia con el apoyo de un coach que le indica la rutina y los pasos a seguir con un tiempo adecuado de preparación, versus otro que se limita a buscar “tips” en internet sobre cómo mejorar sus tiempos al correr.
El primero, sin duda, tendrá un desempeño adecuado, mejorará sus tiempos, llegará en mejor condición a la meta y su nivel de riesgo será menor; el segundo, un tanto improvisado, correrá el maratón esperando concluirlo sin contratiempos.
Para los líderes de Impuestos y los CFO, es prioritario reflexionar al respecto y avanzar en el diseño de la transformación de sus áreas fiscal, financiera y de cumplimiento a un entorno completamente digital, en el que el uso de la tecnología sea fundamental para lograr una simplificación de procesos, asegurar un análisis confiable de los datos, redefinir su estrategia de cumplimiento y evitar ubicarse en supuestos de defraudación fiscal y contrabando, entre otros.
Para ello, será indispensable tener la capacidad para crear expedientes digitales flexibles, administrar requerimientos de información de manera periódica, llevar a cabo cruces de información automática de datos, identificar fechas de vencimientos, así como riesgos e inconsistencias.
Mayor certeza jurídica para los contribuyentes.
En un entorno como el actual, con regulaciones cada vez más puntuales y focalizadas, el Plan Maestro resulta una estrategia que ha tenido muy buenos resultados, considerando que da continuidad al plan presentado por el gobierno anterior, cuyo objetivo primordial se mantiene: fortalecer las finanzas públicas y combatir la evasión fiscal.
Si bien esto ha sido el vehículo para que no se creen nuevos impuestos, desde la perspectiva empresarial resulta interesante considerar algunas tareas que se visualizan aún pendientes, como, por ejemplo:
•Certeza jurídica: contar con regulaciones y un marco de acción que brinde certidumbre a las empresas con operaciones en nuestro país, así como a aquellas que están interesadas en ingresar al mercado mexicano, es un elemento clave para seguir fortaleciendo el potencial de México en el escenario mundial.
•Aumento del padrón de contribuyentes: el combate a la informalidad es una tarea que, sin duda, podría tener un efecto positivo en la economía. Incrementar el padrón de contribuyentes permite afianzar las finanzas públicas y brindar mejores servicios y atención a las necesidades de la sociedad en general.
•Priorizar la actividad económica mediante estímulos fiscales nuevos: si bien se han presentado una serie de decretos enfocados en promover estímulos en materia tributaria, es prioritario continuar con este tipo de esfuerzos, pero con un enfoque de aplicación general. Esto permite que un mayor número de sectores sea incluido en este tipo de beneficios en pro de la economía del país.
El reto para los negocios es adaptarse de forma ágil en el uso de la tecnología, entender cómo se pueden beneficiar de ella y de qué manera transitar a un proceso de cumplimiento eficiente, robusto y confiable, conforme a los estándares establecidos por la autoridad y con la certeza de que se está en posibilidad de proporcionar de forma expedita la documentación necesaria para comprobar cada una de las transacciones de la empresa.