La otra identidad del capibara: ¿por qué en algunos países lo llaman carpincho o ronsoco?
El carpincho, conocido también como capibara, es el roedor más grande del mundo y un símbolo de la fauna sudamericana. Su presencia en zonas urbanas ha generado controversia, especialmente en áreas donde su hábitat natural ha sido alterado por la urbanización. Este artículo explora el origen de ambos términos y los desafíos que enfrenta este animal en un entorno cambiante.
El carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) se ha convertido en un emblema de la biodiversidad en países como Argentina, Uruguay y Paraguay. Sin embargo, su creciente presencia en áreas residenciales ha suscitado un debate sobre la convivencia entre humanos y fauna silvestre. Comprender la historia detrás de los nombres "carpincho" y "capibara" es fundamental para abordar esta problemática.
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El origen del nombre "carpincho" o "capibara": ¿son lo mismo?
La palabra "carpincho" se utiliza principalmente en Argentina, Uruguay y Paraguay, y proviene del guaraní kapiÿva, que significa "señor de las hierbas". En la lengua tupí, el término es ka'apiûara, que se traduce como "el que come hojas delgadas". Este roedor es emblemático de los humedales en estas regiones, donde se encuentra en el Litoral argentino, el Delta del Paraná y el Pantanal paraguayo.
Por otro lado, el nombre "capibara" es más común en Brasil, Colombia y Venezuela, así como en el ámbito científico. Este término ha sido adoptado en varios idiomas, incluyendo el inglés y el francés, lo que ha contribuido a su difusión global. En Brasil, el nombre "capibara" es el único utilizado, mientras que en otros países de habla hispana coexisten ambas denominaciones.
Carpinchos en Nordelta: entre la "invasión" y el reclamo ambiental
En los últimos años, los carpinchos han pasado de ser un símbolo de la fauna autóctona a protagonistas de un conflicto urbano en Nordelta, un exclusivo barrio privado en la provincia de Buenos Aires. La creciente presencia de estos roedores en zonas residenciales ha generado un debate entre vecinos, ambientalistas y expertos en ecología.
Nordelta se construyó en una zona de humedales, un ecosistema donde los carpinchos habitaron durante siglos. Con el avance de la urbanización, los espacios naturales se alteraron, lo que llevó a los animales a desplazarse hacia áreas residenciales en busca de alimento y refugio. En 2021, se registró un aumento significativo de la población de carpinchos dentro del barrio, lo que provocó que muchos residentes denunciaran daños en jardines y tuvieran encuentros problemáticos con mascotas.
El dilema de la convivencia de estos roedores
Ante las quejas de los vecinos, algunos pidieron medidas de control, incluyendo el traslado de los carpinchos a otras zonas o incluso su reducción mediante métodos drásticos. Esta situación despertó una ola de indignación en la sociedad, ya que organizaciones ambientalistas y expertos en biodiversidad argumentaron que los carpinchos no están "invadiendo" Nordelta, sino reclamando su espacio natural, alterado por la urbanización descontrolada.
Los carpinchos están protegidos por la legislación ambiental en Argentina, ya que forman parte de los ecosistemas de humedales y desempeñan un papel crucial en la biodiversidad. La eliminación o el traslado masivo de estos animales podría generar un desequilibrio ecológico, lo que resalta la necesidad de encontrar soluciones que respeten tanto a los animales como a los residentes humanos.