La decisión unilateral del Ministerio de Hacienda de que los preceptores del salario mínimo interprofesional empiecen a pagar el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) ha dejado al PSOE en una situación complicada en el Congreso. Este martes, en los pasillos de la Cámara Baja, era fácil constatar el malestar con la medida, y no solo en su socio de coalición, Sumar, que evidenció su discrepancia públicamente en la rueda de prensa del Consejo de Ministros, sino entre la oposición y sus demás aliados. Fue precisamente el socio minoritario del Ejecutivo, que acogió el atrevimiento de los socialistas con una mezcla de estupefacción e incredulidad, el encargado de llevar la voz cantante y anunciar una proposición de...
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