Mario Vargas Llosa e “Historia de Mayta”, su novela más maltratada por la crítica
Quienes hemos ido al penal de Lurigancho, sabemos cómo es el proceso. Entre la puerta de ingreso y la puerta que da al centro penitenciario propiamente dicho, hay cerca de 300 metros que debes recorrer a pie. Ese fue el trayecto que Mario Vargas Llosa y su hijo Álvaro tuvieron que caminar para visitar uno de los escenarios del último capítulo de la séptima novela del Nobel de Literatura 2010, Historia de Mayta, publicada por Seix Barral en 1984.
Ya se está haciendo costumbre (y de las buenas) ver a nuestro máximo escritor visitando los escenarios de sus novelas. Hace no mucho estuvo en lo que quedaba del bar La Catedral en el centro de Lima y que sirve de inspiración para su mejor novela, Conversación en La Catedral (1969); y volvió al jirón Huatica en La Victoria, espacio muy bien reflejado en La ciudad y los perros (1963).
Como era de esperarse, la prensa hizo eco de la noticia gracias a la cuenta X de Álvaro Vargas Llosa. Pero lo que nadie se ha preguntado es cuál es el efecto simbólico de esta visita al penal, porque no es que a Vargas Llosa se le ocurra un día decir hoy quiero ir al penal. Estas visitas tienen un propósito, Historia de Mayta es una novela con característica muy particulares. Cuando la publicó, ya había entregado sus títulos más emblemáticos (a los ya mencionados en el segundo párrafo, añadamos La casa verde (1966) y La guerra del fin del mundo (1981)), su nombre era conocido a nivel mundial y, ojo acá, ya estaba inscrito en el liberalismo, lo cual le supuso una guerra declarada de la intelectualidad hispanoamericana de izquierda.
Historia de Mayta es, sin lugar a dudas, la novela de Vargas Llosa más maltratada por la crítica. Su argumento no podía ser más que provocador: un narrador protagonista pretende reconstruir la vida del líder trotskista Alejandro Mayta, que intentó llevar a cabo una revolución en 1958 en la ciudad de Jauja. Para tal fin, Vargas Llosa se vale de la información cruzada existente sobre este personaje. En esta dinámica de contradicciones, la figura luchadora de Mayta se va diluyendo, no debido a la caducidad de su pensamiento ideológico, sino a la representación de sus conflictos personales y existenciales.
De pésima a peor novela en la historia de la literatura peruana. Así la tildaban.
Ese fue el camino que tuvo que recorrer Historia de Mayta, el del prejuicio ideológico. Por el bien de la literatura, el tiempo terminó acomodando las cosas. ¿Ya la leíste?