Nunca llueve a gusto de todos, y en este caso de casi nadie. Las medidas contra el ruido anunciadas por el Ayuntamiento de Alicante, que consisten básicamente en adelantar la hora de cierre de locales de ocio y reducir al 50 % las terrazas, no convencen ni a vecinos ni a hosteleros. Tanto los residentes del Centro Tradicional como los representantes del sector han anunciado que presentarán alegaciones a las normativas. Los empresarios, además, apuntan que acudirán a la Justicia para tratar de frenar lo que consideran un "ataque frontal" a sus negocios.