Nada despierta más el instinto carnívoro que el aroma de una parrilla encendida. Hoy en día, las carnes a la brasa se han convertido en una experiencia de sabores por la diversidad de razas, clases, maduraciones y fuegos que nos podemos encontrar, lo que hace que cada vez exista una mayor especialización entre los restaurantes dedicados por entero a las carnes. Y en Sevilla encontramos una muestra de ellos. Sitios que han afinado la técnica y han elevado esta técnica ancestral a la categoría de arte, ofreciendo cortes jugosos, madurados en su punto óptimo y sellados con el calor preciso para que cada bocado sea una experiencia religiosa. Para conseguirlo, la elección del carbón es clave: encina para potenciar el sabor con un toque ahumado, olivo para una brasa más intensa o quebracho, que garantiza una combustión duradera perfecta para grandes piezas. La maestría del parrillero es el ingrediente secreto, logrando puntos exactos de cocción para cada tipo de carne, desde el rojo vibrante de una pieza al punto hasta el tostado crujiente de un asado a fuego lento. Pero un buen asador no es solo el fuego y la carne. Es la experiencia completa: el sonido del chisporroteo, el aroma envolvente de la leña ardiendo, la calidad de las piezas elegidas, diversidad de razas y maduraciones, y el servicio atento para mimar al cliente. También, que ofrezca un maridaje a la altura, con una bodega nutrida para acompañar el festín. Por suerte para los amantes de estos espacios, en la capital andaluza hay una buena oferta de restaurantes dedicados a estos menesteres. En GURMÉ hemos hecho un repaso de los mejores asadores de Sevilla y te traemos la selección definitiva para hincarle el diente a una buena carne a la brasa. Afila el cuchillo porque nos vamos de ruta. Lo que comenzó siendo el modesto carrito ambulante de Rafael Martínez en los años 60, donde vendía embutidos, café y cervezas en Sevilla, se ha convertido hoy en uno de los grandes referentes de la carne a la brasa en la provincia. Con el tiempo, Rafael compró una pequeña parcela en Alcalá de Guadaíra y levantó la venta que, generación tras generación, ha ido evolucionando sin perder su esencia. Actualmente, la familia Martínez sigue al frente del negocio, manteniendo viva su tradición gastronómica y su apuesta por la calidad. Su especialidad son las carnes de buey, vacuno y cordero a la brasa, con una nutrida selección procedente de distintos puntos de España y Portugal, además de asados de lechazo. Es el único restaurante en la provincia de Sevilla que ofrece buey durante todo el año, lo que lo convierte en una parada obligada para los amantes de esta carne. Además, su carta incorpora pescados y mariscos de primera, también asados a la parrilla. El espacio cuenta con más de 300 metros cuadrados, distribuidos entre su terraza acristalada, un salón interior y un reservado con capacidad para más de 30 comensales, ideal para reuniones y celebraciones. Desde 1993, Asador Almansa ha sido una referencia imprescindible para los amantes de la carne en Sevilla. Lo que en su día fue un proyecto impulsado por el carnicero Antonio Almansa en Gines, evolucionó hasta convertirse en un asador de culto que, tras más de 25 años en el Aljarafe, trasladó su esencia al corazón de la ciudad, en la calle Albareda, junto a la Plaza Nueva. Al frente del asador está Javier Almansa, hijo de Antonio, que tras su paso por Basque Culinary Center y un periplo por diferentes asadores del norte, ha refinado la propuesta del espacio con un despliegue de carnes de la mejor calidad: chuletones de vaca vieja y buey gallego, wagyu japonés certificado, vaca retinta criada en Cádiz y Extremadura, y piezas maduradas con el exclusivo proceso dry aged . Además, de imponentes cortes como el tomahawk y el T-bone. Más allá de la carne, Almansa también ofrece pescados a la parrilla, entrantes como foie de pato o revueltos de morcilla y langostinos, y una cuidada selección de crudos con steak tartar o carpaccio de txuleta de Angus. La cocina vista, el ambiente acogedor y la precisión en cada plato hacen de este asador un imprescindible para quienes buscan una experiencia carnívora sin concesiones. Ubicada en Castilleja de la Cuesta, Bodega Aljarafe es el proyecto personal de Antonio Vázquez, un apasionado de la carne que ha convertido este asador en un referente dentro y fuera de Sevilla. Abrió sus puertas en 2007 con la idea de ofrecer carnes excepcionales con un método de ejecución que marca la diferencia. Su obsesión por el producto y la maduración ha llevado a este restaurante a ser un punto de encuentro para amantes de la carne, incluidos toreros, futbolistas y actores que buscan un bocado memorable. A diferencia de otros asadores, aquí la parrilla no es protagonista. Las piezas se trabajan con una técnica única que evita que la leña o el carbón enmascaren el sabor de la carne, permitiendo que la materia prima brille por sí sola. Trabajan con vacas de Rubia Gallega y Minhota, dos razas de calidad suprema, criadas hasta edades avanzadas para garantizar una infiltración de grasa y una profundidad de sabor inigualables. También es posible encontrar cortes de buey auténtico, con más de 20 años de vida, una rareza en el mercado gastronómico. El asador se ha hecho famoso por sus chuletas maduradas, que pueden alcanzar entre 30 y 60 días en cámara, adquiriendo una textura y un sabor profundos. La carne se trincha, se macera con su propia grasa y se atempera antes de llegar a la mesa, creando una experiencia única para los comensales. El local, con un ambiente cálido y un servicio muy cercano, invita a disfrutar de una comida pausada y sin artificios. La carta no solo se limita a carnes, sino que también incluye algunos entrantes, ensaladas y revueltos. También tienen platos por encargo, como cochinillo asado o pescados a la brasa. A poco más de media hora de Sevilla, en la carretera de Dos Hermanas-Utrera, Asador La Perdida lleva el concepto de brasa a otro nivel. Su historia comienza en la finca del mismo nombre, donde Sergio Martín de la Rosa, su propietario, decidió criar vacas charolesas en libertad y ofrecer una carne de calidad exclusiva que va directa de su ganadería a la mesa. Desde su apertura en 2018, este asador ha logrado posicionarse como uno de los grandes templos carnívoros de Andalucía, con una propuesta que combina tradición, innovación y un producto único. Aquí, las piezas pasan por procesos de maduración de más de 180 días, potenciando su sabor e infiltración de grasa. Entre las carnes más apreciadas, destacan sus cortes de charolesa y frisona criadas en su finca, junto con selecciones de wagyu, black angus, simmental, buey minhota o buey gallego madurado durante más de 20 meses. Más que un asador al uso, La Perdida es un restaurante gastronómico con un espacio cuidado al detalle. Mesas con mantel blanco, cristalería premium y diferentes ambientes –desde terrazas hasta un salón en una capilla restaurada–, donde disfrutar tanto de su carta como de su menú degustación. En cocina dan forma a una propuesta donde la brasa convive con entrantes de temporada, arroces, productos del mar y elaboraciones creativas, siempre con el máximo respeto al producto. La calidad de su cocina ha sido reconocida con una distinción en la Guía Michelin, que reafirma su apuesta por una experiencia que va mucho más allá de la parrilla. Atahualpa trae a Sevilla la auténtica parrilla argentina. Ubicado en la calle Salado, su propuesta gira en torno a las brasas, respetando la tradición del asado rioplatense y ofreciendo una experiencia genuina. Uno de sus grandes clásicos son las mollejas de ternera, incluyendo el abecé de las recetas argentinas: empanadas criollas, queso a la brasa y chorizos criollospara abrir el festín, sumados a cortes como el bife de chorizo o la entraña. A estas especialidades se suma el vitel toné, un plato de origen italiano muy popular en Argentina. Y para cerrar, nada mejor que un buen postre típico como los panqueques con dulce de leche o el clásico flan casero. El ambiente cálido y el trato cercano del equipo hacen que la experiencia sea aún más auténtica, convirtiendo a Atahualpa en una visita obligada para quienes buscan el verdadero sabor del asado argentino. Con un ambiente que transporta al comensal a los rincones más gauchos de la Patagonia, es un auténtico asador argentino en Sevilla. Desde su parrilla de carbón de leña hasta su famoso asado a la cruz, aquí cada corte se cocina con paciencia y tradición rioplatense, impregnándose del inconfundible aroma de la leña. En su carta destacan cortes emblemáticos como lomo alto y bajo, solomillo, la chuleta Malambo's y T-Bone, además de su tradicional hamburguesa de buey y vaca. Pero si hay un sello distintivo en este asador, es su producto exclusivo: el buey Malambo's, una pieza de carne seleccionada y madurada con una técnica propia del chef y propietario Claudio Tello. Durante 50 o 60 días, la carne se masajea y se trabaja artesanalmente para potenciar su sabor, logrando una textura jugosa y una infiltración de grasa única. Además, la experiencia se complementa con entrantes tradicionales argentinos, desde empanadas criollas y chorizo a la brasa hasta queso provolone fundido y morcilla criolla. Y para quienes prefieren opciones más ligeras, hay una selección de ensaladas y parrillada de verduras. Malambo's no solo ofrece una cocina de calidad, sino una auténtica inmersión en la tradición argentina del asado. Ubicado en una antigua carbonería en el barrio de El Porvenir, Leña al Lomo es un asador con carácter propio donde el fuego y el producto son los auténticos protagonistas. Desde su apertura en 2016, este restaurante ha ido ganando adeptos gracias a su cocina a las brasas, su cuidada selección de carnes y su peculiar manera de fusionar gastronomía y arte, con una pizarra de poesías que preside la cocina y cambia regularmente con frases de Antonio Machado y otros escritores. Al mando del proyecto está Julio Ferraro, quien, junto a su equipo, ha sabido convertir este espacio en un templo para carnívoros. Aquí, las carnes seleccionadas con mimo se asoman a la parrilla de carbón de encina, alcanzando el punto perfecto antes de servirse con sus clásicas guarniciones de papas fritas con piel y pimientos de Padrón. La vitrina de carnes expone diariamente los cortes disponibles, permitiendo al cliente elegir entre buey, vaca cachena, rubia gallega o chuletón de razas europeas. Pero en Leña al Lomo hay más que brasas. Su steak tartar es uno de los platos más aclamados, elaborado con solomillo de vaca cortado a cuchillo y aliñado con trufa, salsa kimchi y soja. También destaca su pulpo a la brasa, cachopo trufado y callos de buey. Para los amantes de los postres, su tarta de queso es un imprescindible. En pleno corazón del Mercado de Triana, Altobrasa combina cortes nacionales e internacionales, este asador propone un recorrido por diferentes razas y maduraciones, siempre bajo el sello de la brasa de carbón y leña. Su ubicación en los puestos 46B y 46C del mercado le otorga un ambiente singular, donde el aroma del fuego y el producto de calidad marcan la pauta. Su carta despliega una selección de carnes para todos los gustos, desde chuletón de vaca angus hasta piezas exclusivas como el lingote de wagyu japonés A5 o el codiciado Kobe japonés. No faltan los clásicos cortes de vaca rubia gallega, frisona o simmental, carnes con maduraciones entre 30 y 60 días que garantizan intensidad de sabor y textura perfecta. También ofrecen opciones de cerdo ibérico y pollo a la brasa en su versión tradicional o con un toque picante. Para quienes buscan algo más que carne, Altobrasa propone entrantes que van desde chacinas ibéricas y cecina de wagyu hasta originales platos como los huevos shakshuka, hamburguesas y guarniciones como papas arrugadas con mojo picón, parrillada de verduras o las clásicas patatas fritas. El broche dulce lo ponen postres con personalidad como la goxua, un clásico vasco con nata, crema pastelera y caramelo, o la greixonera, una receta ibicenca con ensaimadas al estilo pudding.