Trump autoriza a buscar petróleo y gas en 2,5 millones de kilómetros cuadrados de mar frente a Rusia y México
Una de las últimas medidas de Joe Biden antes de dejar la presidencia de Estados Unidos (polémicos indultos aparte) fue la de bloquear la posibilidad de perforar petróleo y gas en el fondo del mar de una buena parte de los océanos Atlántico y Pacífico, el mar de Bering y el golo de México, ahora renombrado por la Casa Blanca (y por Google) como Golfo de América.
La decisión estaba condenada a fracasar, toda vez que su sucesor, Donald Trump. se apresuró a anunciar que, en cuanto llegara de nuevo a la Casa Blanca, revertía esta decisión tomada a través de la firma de dos memorandos. Dicho y hecho. Trump ha anunciado en la noche del viernes (madrugada en España) que vuelve a autorizar la perforación de petróleo y gas en una gigantesca superficie 625 millones de acres federales.
Para hacernos una idea de lo que esto significa, supone una superficie equivalente nada más y nada menos que a todo el Mar Mediterráneo a disposición de las petroleras estadounidenses.
La zona se encuentra además repartida por cuatro zonas de especial importancia estratégica: el mar de Bering, situado entre Alaska y Rusia, varias zonas de los océanos Atlántico y Pacífico y el golfo de México, de plena actualidad estas semanas tras la decisión de la Administración Trump decambiarle el nombre por el Golfo de América.
"Las volvemos a tener como parte de nuestro país. Lo que hicieron fue terrible, simplemente terrible", dijo el líder republicano en el Despacho Oval de la Casa Blanca, según informa Efe.
El secretario de Interior, Doug Burgum, añadió que esas propiedades "no pertenecen a los burócratas de Washington de la anterior Administración": "Nos aseguraremos de obtener un retorno de la inversión para el pueblo estadounidense", dijo.
Creación de un Consejo Nacional de Dominio Energético
El anuncio de este viernes coincidió con la firma de una orden ejecutiva de Trump que destaca que "Estados Unidos ha sido bendecido con una abundancia de recursos naturales y es líder en tecnologías e innovación energéticas que son fundamentales para la prosperidad económica y la seguridad nacional del pueblo estadounidense", así como de sus socios y aliados.
Ese decreto instauró la creación de un Consejo Nacional de Dominio Energético, que estará encabezado por Durgum.
Entre sus funciones estará asesorar al presidente sobre la mejor manera de ejercer su autoridad para producir más energía para que EE.UU. sea dominante en materia energética y aconsejarle sobre la mejora de los procesos de autorización, producción, generación, distribución, regulación, transporte y exportación de todas las formas de energía estadounidense, incluidos minerales críticos.
Asimismo, estará en sus manos proporcionar una estrategia nacional de liderazgo energético con el objetivo de producir más energía, mejorar las inversiones del sector privado y facilitar la cooperación de este último con el Ejecutivo federal.