La NBA tiene un problema con el All-Star y no lo resuelve... por ahora
La NBA tiene un problema con el Fin de Semana de las Estrellas y de momento es incapaz de resolverlo. En San Francisco el único que acabó realmente satisfecho del All-Star fue un aficionado de nombre Jaren que en uno de los descansos se embolsó 100.000 dólares en un concurso y lo hizo superando a una de las estrellas de la Liga. Damian Lillard debía anotar tres tiros desde la misma posición y el aficionado, un triple desde el centro de la pista. Pues Jaren lo anotó antes y se embolsó el premio "para ayudar a mi familia mucho y también para la universidad".
El nuevo formato convenció a poco, aunque el MVP, Stephen Curry, apostase por la diplomacia. "Necesitábamos un cambio, necesitábamos nueva vida, nueva energía en el juego, algo así como inesperado. Creo que fue un buen paso en la dirección correcta para revitalizarlo de alguna manera y luego jugueteas con él de nuevo el año próximo y ves qué cambios puedes hacer", dijo el base de los Warriors.
La victoria fue para su equipo, el Shaq's OGs, donde se juntaron clásicos como Curry, Kevin Durant, Harden, Lillard, Irving, Tatum y Brown. En el peculiar formato de Final Four derrotaron en el partido decisivo por 41-25 a los Chuck's Global Stars, que contaban en sus filas con alguna de las principales estrellas internacionales de la liga.
La NBA, consciente de que el All-Star ha perdido brillo, interés y espíritu competitivo ha experimentado con formatos diferentes para intentar revitalizar el All-Star. La receta, como tantas otras que se han probado con éxito limitado, tampoco tuvo el efecto deseado y salvo contadas excepciones no hubo apenas rastro de competitividad en los tres partidos que se jugaron. Si además a última hora se produjo la baja de LeBron James que se perdió su primer All-Star después de ser seleccionado en 21 ocasiones... la NBA, por ahora, no sabe cómo solucionar el fin de semana en el que era más deslumbrante a nivel global. Ahora queda por analizar las audiencias televisivas en los despachos neoyorquinos de la Liga porque se avecina un desplome de seguimiento importante.