Papa Francisco presenta "un cuadro clínico complejo" que requiere extender su hospitalización, anuncia el Vaticano
El Papa Francisco continuará ingresado en el hospital Gemelli de Roma tras ser diagnosticado con una infección respiratoria polimicrobiana, lo que ha complicado su evolución médica. La Santa Sede informó que el pontífice, de 88 años, requiere una hospitalización prolongada y un cambio en su tratamiento para combatir la bronquitis que le impidió desarrollar con normalidad sus actividades en los últimos días.
Según el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, los exámenes médicos más recientes revelaron que la infección afecta las vías respiratorias, por lo que el equipo médico ha modificado su tratamiento. Aunque Francisco ha mantenido buen ánimo, su recuperación es monitoreada con precaución, sin una fecha definida para su regreso a la residencia de Santa Marta.
Infección respiratoria polimicrobiana: el diagnóstico que complica la recuperación del Papa
El parte médico detalló que el Papa Francisco enfrenta una infección polimicrobiana, lo que significa que su sistema respiratorio ha sido afectado por múltiples microorganismos. Este tipo de condición puede provocar mayor inflamación y resistencia a ciertos tratamientos, por lo que se ha requerido un ajuste en la terapia para controlar la bronquitis y evitar complicaciones mayores.
Los médicos del Vaticano han señalado que, a pesar de las dificultades, el pontífice ha respondido favorablemente a los tratamientos. Sin embargo, el cuadro clínico continúa siendo delicado, por lo que su hospitalización en el Gemelli se mantendrá por varios días más.
Francisco mantiene su agenda desde el hospital: cómo pasa sus días en el Gemelli
Desde su habitación en el décimo piso del hospital Gemelli, el Papa Francisco ha seguido de cerca los eventos de la Iglesia. Aunque su estado de salud no le ha permitido participar en actos públicos, ha delegado funciones en otros miembros del Vaticano, como en el Jubileo de los Artistas, donde su mensaje fue leído en su ausencia.
Durante su hospitalización, el pontífice ha alternado el descanso con la lectura de periódicos y la televisión. Además, ha mantenido contacto con líderes religiosos y ha realizado llamadas telefónicas, entre ellas a la parroquia de Gaza, para expresar su apoyo en momentos difíciles. Su equipo médico evaluará en los próximos días la evolución de su tratamiento antes de definir una posible fecha de alta.