La natalidad en España sigue disminuyendo y tanto la infertilidad como los tratamientos de reproducción asistida están experimentando un incremento . «Las personas todavía no son conscientes que nos hacemos mayores y, como se ha retrasado tanto la maternidad, al final muchas parejas tienen que recurrir a las técnicas de reproducción», asegura el doctor Yosu Franco , director de Laboratorio y director científico de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Ruber Internacional . La incorporación de la mujer al mundo ha supuesto que la maternidad actual se haya retrasado en más de 10 años . «Antes, las mujeres eran madres con 25 años. Ahora, en las unidades de reproducción la media de edad son los 39 años », señala el Dr. Franco. Esta situación se produce porque los óvulos empiezan a descender no solo en número, sino también en calidad y, sobre todo, por el aumento de alteraciones cromosómicas, «algo muy importante», destaca el experto. En ese sentido, recuerda que la primera célula que envejece en el cuerpo humano es el óvulo, por lo que las mujeres tienen que ser conscientes de ello, «especialmente aquellas que quieren desarrollarse profesionalmente o viajar». Por ello, desde las unidades de reproducción asistida y las redes sociales, se busca dar mayor visibilidad a este tema. «Parece estar generando un efecto onda, ya que muchas personas no eran conscientes, pero aún hay mucho desconocimiento», afirma el Dr. Franco, quien subraya la necesidad de cambiar esta situación: «Debemos visibilizar esta realidad y comprender su importancia». Según el registro más reciente de la Sociedad Española de Fertilidad , en nuestro país se han realizado más de 150.000 ciclos de reproducción . Sin embargo, tal y como sostiene el facultativo, parece que la población empieza a concienciarse sobre la necesidad de la vitrificación o congelación de óvulos , algo a lo que cada vez más mujeres jóvenes recurren. «Aun así, esta necesidad tiene que calar, ya no para que se lo hagan, sino para que tengan la información y, con ella, puedan valorar si recurren o no a esa opción». En ese sentido, destaca que a diario atienden a mujeres que intentan quedarse embarazadas sin éxito. «Cuando les explicamos que la dificultad se debe a una baja reserva ovárica o a la edad de sus óvulos, y que en algunos casos deben recurrir a la donación, el impacto emocional y el choque con la realidad son muy fuertes». Según el Dr. Yosu Franco , la primera respuesta que les dan esas pacientes es «¿y si lo hubiera sabido antes? Eso es lo que no puede ser. Resulta muy necesario que la información cale y llegue, y que después tomen una decisión informada». El Dr. Franco subraya que la información debe ser proporcionada principalmente por los profesionales de la reproducción asistida . «Para lograr un cambio, no solo en el aumento de la natalidad actual, sino también a futuro, sería fundamental implementar políticas sociales que fomenten la maternidad, la conciliación familiar y el apoyo a las familias». El Dr. Franco afirma no solo que el problema será cada vez más grave, sino que ya lo está siendo porque la pirámide poblacional se ha invertido . «Contamos con un sistema de salud de calidad que ha aumentado la esperanza de vida, pero, al mismo tiempo, nacen menos niños. Como resultado, la población envejece y el número de nacimientos no se equilibra con la longevidad actual». Ante esta situación, señala que muchas personas asumen que no hay problema porque existen técnicas de reproducción asistida. «Es cierto que están para ayudar, pero pueden surgir sorpresas. Si deseas tener un hijo, puede que ya no sea posible con tus propias células y debas recurrir a un donante porque has esperado demasiado». Por ello, insiste en que, aunque en algunos casos estas técnicas son necesarias por otras razones, «lo realmente frustrante es que sea por falta de información veraz». Cuando una mujer decide congelar sus óvulos , se recomienda, en general, que lleve una vida saludable, pero lo primero que hacen los especialistas es una revisión para obtener una estimación de la cantidad de óvulos que tiene; un estudio de una hormona antimülleriana (AMH), que permite valorar la reserva ovárica y la fertilidad; y una ecografía para ver el número de folículos que hay, ya que dentro de estos están los óvulos. Por ello, recalca la importancia de que, en sus visitas al ginecólogo, las mujeres pregunten por su reserva ovárica. «Normalmente, acuden a una revisión general, pero no se evalúa su fertilidad. Desde que se habla más de la preservación, hemos encontrado mujeres jóvenes de 29, 30 o 31 años con una reserva ovárica muy baja . En estos casos, recomendamos congelar óvulos cuanto antes, ya que podrían llegar a los 38 años y estar en una etapa premenopáusica ». Sin embargo, enfatiza que las mujeres jóvenes no deben alarmarse, sino informarse sobre esta realidad. «Al menos, deben conocer la información». El procedimiento se recomienda antes de los 37 años, siendo ideal realizarlo a los 31 o 32, una edad en la que hay una mayor madurez para evaluar la situación personal y decidir si retrasar la maternidad, además de reducir costos de mantenimiento. El Dr. Franco explica que, cuando una mujer de 38 o 39 años decide vitrificar sus óvulos, se le informa de que es posible, pero que, para garantizar la eficacia de la técnica, se recomienda congelar más de ocho o diez óvulos. « A partir de los 37 años, casi el 50% de los óvulos presentan alteraciones cromosómicas , lo que reduce las tasas de embarazo y aumenta el riesgo de aborto». Destaca, además, que la vitrificación preserva el potencial reproductivo de los óvulos más jóvenes. «De forma natural, la probabilidad de embarazo es de aproximadamente un 20% y disminuye con la edad. Sin embargo, al utilizar óvulos vitrificados, esta probabilidad puede aumentar hasta un 60-65% ».